
País Vasco
Euskadi sin ETA

El hecho de tener un nombre vasco, aun teniendo orígenes navarro-andaluces, me ha llevado siempre a mirar de forma especial el norte, y a sentir un gran respeto y atracción por el País Vasco, tierra bella de montes inclinados, ciudades que absorben las últimas tendencias europeas, pueblos de sabor añejo, belleza casi hiriente. Hace unos años visité la zona y observé la tensión que se respira en algunas calles, bares, zonas..., las miradas de extrañeza cuando escuchan que hablas con acento español sin rastro del norte. El miedo, leí el miedo. Leí pintadas de «españoles fuera», «txakurros a casa», etc. También sentí la hospitalidad afable y absoluta de los vascos, disfruté de su deliciosa comida, de esos paisajes inmensos que se te cuelan dentro, poblándote la piel de sueños y afanes de evasión. Por ello la noticia alegra, y es que tras 13 meses sin atentados, se han superado todas las expectativas de visitantes en Euskadi que había para este verano. La gente no es tonta, todos los ciudadanos de este estado encontramos Euskadi una tierra hermosa y apetecible, que quisiéramos visitar más, invirtiendo allí el dinero de nuestras vacaciones. La gente no quiere un tiro entre ceja y ceja como souvenir vacacional, por ello no se visitaba el lugar, por la amenaza del terror. Quizás las cosas cambien y, si la tregua sirve muy a largo plazo para algo, sea para que todos disfrutemos de la gentileza vasca y de su bellísima tierra; pero en paz.
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