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ANÁLISIS: Son difíciles las recargas por Francisco Cubillo
- ¿Cómo se llenan estos embalses subterráneos?
–El agua que se «inyecta» proviene de los ríos o de la lluvia y sólo se toma en periodos muy húmedos y cuando los embalses están llenos. Este excedente de agua se transporta desde los embalses por las grandes aducciones del Canal de Isabel II hasta las Estaciones de Tratamiento de Agua Potable (ETAP). Allí se trata y es conducida hasta los campos de pozos donde se almacena para hacer frente a los periodos de escasez. Actualmente hacemos periodos de recargas de cuatro meses de llenado y uno de descanso. Es una técnica de la recarga artificial de forma eficiente y sostenible con el medio ambiente. En otros lugares como en Holanda es más fácil y barato, ya que se recarga de forma continua y natural; en Barcelona, por ejemplo, lo que se hace es una «represilla» en los cauces para que el agua se acumule, pese más, se filtre en mayor cantidad y llegue así a los acuíferos subterráneos. Pero el nuestro es más complejo.
- ¿Dónde está la dificultad?
–En la profundidad de nuestros acuíferos subterráneos. Se encuentran desde 200 metros hasta 700 bajo tierra. En España no hay precedentes de recarga a tanta profundidad, hay algo en Estados Unidos, pero apenas hay pruebas. Por eso recargamos cuatro meses y descansamos uno.
- ¿Cómo se mantiene la calidad del agua?
–Éste es el punto más sensible, porque hay que inyectar el agua y mantener la calidad. Para ello hay un equipo de conservación, que vela porque siempre esté en condiciones para consumirla. La calidad también esta supervisada por la Confederación Hidrográfica del Tajo. Las catas o pruebas de calidad ya son todas positivas, con lo que la validez está ya confirmada. Pero en estos años hemos tenido que ir mejorando el proceso. Por ejemplo, nos hemos dado cuenta de la importancia de que no entre aire, ya que es perjudicial para la calidad.
Francisco Cubillo
Subdirector de I+D del Canal de Isabel II
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