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Entradas polémicas por Gonzalo Alonso
Los abonados de ABAO andan revueltos y parece que con razón. El Palacio Euskalduna, donde tienen lugar las temporadas, padece un sinfín de problemas de utilización, acústica y visibilidad, pero todos ellos hay que saber conjugarlos con sentido común. Existen una serie de localidades con visibilidad reducida, hasta el punto de llegar al 50%. Algunos de los socios de ABAO eligieron dichas localidades para sus abonos porque eran mucho más baratas. Hace unos días han recibido una comunicación por la que se les informa de que el precio subirá en el nada despreciable porcentaje de un 92%, casi equiparando esas entradas a las de visibilidad total. En una entidad en la que los socios son parte fundamental no parece razonable que medidas de este tipo, que en sí ya no lo son, sean tomadas de espaldas a juntas o asambleas.
Hay también inquietud por los rumores que apuntan a que se podría habilitar un recinto en el Bilbao Exhibition Center para realizar parte de los ensayos y que la propias oficinas de ABAO podrían trasladarse allí. Desde luego existe un problema notable con la disponibilidad del Euskalduna para realizar los ensayos en la forma y número conveniente y en ocasiones hay que desmontar todo un escenario para otra actividad del palacio con las consiguientes quejas públicas de algunos directores de escena. A ese problema hay que darle una solución, pero han de ser muy estudiados tanto sus aspectos económicos como la forma en que afectará a costumbres arraigadas, como la asistencia a los ensayos. Hoy por hoy, en las circunstancias que corren, lo último que se puede permitir una institución que viva de presupuestos públicos es que sus salas estén medio vacías, porque nuestro dinero no puede servir para financiar sólo a unos pocos a criterio arbitrario de direcciones caprichosas o incompetentes. ABAO seguro que sabrá cumplir con sus abonados.
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