Natación / El último homenaje

LONDRES- Bruce Springsteen sonaba en los altavoces. El «Boss» de la música para homenajear al jefe del agua, Michael Phelps, que una vez terminada la competición y la ceremonia de entrega de medallas, volvió a la piscina. Ya estaba solo para recibir el último homenaje, un trofeo por ser el deportista con más medallas olímpicas de la historia, mientras en la pantalla se repetían parte de sus hazañas. Dio la vuelta a la pileta saludando a todo el mundo y con los brazos en alto, más eufórico de lo habitual. Hizo una parada especial, para abrazar a Bob Bowman, su entrenador, el hombre que vio en él a un filón desde pequeño. «Ha sido una noche increíble. Bob y yo hemos trabajado para convertirme en el mejor nadador de todos los tiempos», reconoció. «Poder decir que he cumplido todos mis objetivos es algo increíble. Siempre había soñado con un final como éste», añadió. «Siempre tuve claro que no quería llegar nadando a los treinta años». Lo ha conseguido. La natación ya es historia para él.