La caída del consumo eleva el déficit hasta el 194% del PIB

Madrid- En un escenario marcado por la recesión y por la fuerte contracción del consumo interno en España, el déficit del Estado alcanzó el 1,94% del PIB –20.668 millones de euros– entre enero y febrero. Esta cifra supone el 36,6% del desvío pactado con España con las autoridades comunitarias para todo el ejercicio (5,3%), y es la consecuencia de unos gastos de 29.807 millones –un 27% más– y unos ingresos de 9.139 millones –un 5,2% menos–.

La caída de los ingresos del Estado, de los que el 89% procede de la recaudación de impuestos, se produjo principalmente como consecuencia del desplome del 8,4% en los indirectos. El impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) aportó 12.343 millones, un 9,8% menos respecto al mismo periodo del año anterior, por el mayor volumen de devoluciones (31,2% más). Dentro de nuestro país, el recorte fue del 10,5%.

Entre los especiales, la recaudación por Hidrocarburos se redujo un 7% interanual hasta los 1.418 millones de euros, mientras que el impuesto por alcohol y bebidas drivadas aportó un 5,1% menos.

El Impuesto sobre la Renta de la Personas Físicas (IRPF) registró un descenso del 2,7%, hasta los 14.811 millones de euros. No obstante, el Gobierno señaló ayer que el grueso de los contratos aún no recogen el alza de tipos anunciada por el Ejecutivo en diciembre del año pasado, por lo que aún es pronto para cuantificar el impacto del aumento de la presión fiscal en las cuentas públicas.

En el capítulo de gastos, la parcela que más subió fue la de transferencias corrientes (+41,7%), especialmente a Comunidades Autónomas, que se disparó un 145,3% hasta los 6.051 millones de euros. En total, los pagos no financieros crecieron un 13,1% hasta los 32.259 millones. Por contra, las inversiones reales del Estado se contrajeron un 33,3%, hasta 1.092 millones, mientras que las transferencias de capital cayeron un 70,7%, hasta los 849 milllones.

España se juega el «ser o no ser»
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, reclamó ayer el entendimiento de los grupos parlamentarios ante los próximos Presupuestos, que definió como «los más austeros de la democracia», porque en la consecución de sus objetivos –un déficit del 5,3 por ciento del PIB– España «se juega el ser o no ser», informa Efe. El objetivo es «ganar la confianza y la credibilidad» ante los socios europeos y los acreedores, pero sin perjudicar los servicios públicos básicos.