Jubilación

Un presidente obligado

La Razón
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Zapatero ha sido absorbido por la economía, la negación de la crisis y la falta de previsión. Tanto, que ha sido obligado a modificar la Constitución por exigencias del momento. Pero lo grave no es acometer esa reforma –es una medida razonable para países que integran un único sistema monetario– sino haberla decidido en función de una coyuntura determinada. Hubiera sido más propicio haber instaurado medidas y cautelas cuando se implantó el sistema monetario. Ésta de limitación del déficit y otras que se adoptarán irremisiblemente: armonización fiscal, eurobonos... En definitiva, haber establecido sistemas de seguridad desde el el nacimiento del euro. No parece lo más adecuado ensayar estos sistemas de seguridad en pleno naufragio. De cualquier forma, lo preocupante en nuestro caso es que no se oyen desde el Gobierno ni desde la oposición propuestas serias para favorecer un sistema productivo que cree riqueza. Al fin y al cabo todo el sistema publico depende de la riqueza que vaya a generar el privado. Ni el Ejecutivo ni el PP parecen dar con la receta que estimule la creación de empresas y, con ellas, puestos de trabajo, propiciando el compromiso de trabajadores y empresarios. Ya se sabe, no existe empresa sin trabajadores ni empleo sin empresarios. El llamado milagro japonés no fue otra cosa que mucho esfuerzo y trabajo y se basó en los principios de alianza y pacto entre empresa y trabajadores.
No se me ocurre otra forma para estimular el consumo interno, crear empleo, no comprimir más la economía y configurar a medio plazo un nuevo sistema empresarial competitivo y capaz de soportar las embestidas de los países emergentes, que la existencia de un sistema financero capaz de asumir riesgos acordes con las exigencias del momento. No parece que el sistema financiero privado vaya en esa dirección. Sin embargo, en España contamos con un sistema financiero público manejado por las Comunidades Autónomas y ahora saneado y reestructurado con el dinero público desde el Gobierno central que lamentablemente no parece a asumir el rol de motor para ese tipo de iniciativas de creación de empleo, dado que con la ley aprobada para lavar con el erario la situación de las Cajas, se ha ejecutado para que todo siga igual, y los mismos que nombraron a aquellos que tanto se les ha criticado por su pésima gestion en esas entidades financieras los han vuelto a designar. Una vez más se cumple el principio Lampedusa: que todo cambie para que todo siga igual.