Alumnos

Un certificado para «premiar» a quien abandona los estudios

«Las modificaciones son tímidas», apunta Carmen Guaita, vicepresidenta del sindicato de profesores ANPE. «Son un quiero y no puedo. Un apaño, un parche», añade Felipe de Vicente, presidente de Ancaba (Asociación de Catedráticos de Profesores de Instituto). «Se dan palos de ciego con el fracaso escolar», asegura Soledad Moreno, profesora de Secundaria del Colegio Divina Pastora de Getafe.

 
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Estas son algunas de las primeras reacciones ante las reformas que se incluyen en la ley de economía sostenible y con las que se busca reorientar el último año de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), así como abordar la reforma de la Formación Profesional (FP).
Una de las principales novedades que se incluyen es la posibilidad de que los no titulados puedan obtener un certificado de formación y competencias. Será una acreditación para aquellos que han aprobado algunas asignaturas del último año de Secundaria pero que deciden abandonar los estudios sin completar el Graduado. No tendrá validez como título de estudios pero, con él, «se opta a la repesca», afirma Guaita. Según explica, «es una forma de reengancharse a los estudios y no olvidar la posibilidad de completar los estudios medios».

¿En manos de las regiones?

Desde el Ministerio de Educación no se han querido ofrecer más datos, por ello, este documento plantea varios problemas. Se desconoce su validez y su tramitación e, incluso, «queda abierta la posibilidad de que las comunidades autónomas sean las encargadas de decidir su formalización», dice la vicepresidenta de ANPE. Este certificado podría jugar el mismo papel que el libro de escolaridad en el que se detalla la formación del alumno desde sus primeros años de estudio. Sin embargo, los profesores esperan que sea «un documento más formal y que incite a regresar a las aulas». Felipe de Vicente no cree que esta novedad ayude a terminar con el fracaso escolar: «Esta acreditación no va a servir para nada. El título de la ESO tiene muy poca validez en nuestro país así que la importancia de este certificado va a ser todavía menor. En el fondo es un consolador para aquellos que dejan las clases», asegura.

La patronal de centros concertados, CECE, no termina de encontrar sentido al certificado. «Se está hablando de orientar 4º de la ESO hacia el mercado laboral. Esa sería la explicación de una acreditación de esos estudiantes», afirma Mariano del Castillo, director del Instituto de Técnicas Educativas de la CECE. Sin embargo, añade, «no sé qué competencias pueden acreditarse para el mercado laboral». Y es que «toda acreditación que no suma para el empleo es un error.

Porque, ¿cómo se acredita una competencia que no se posee? ¿Qué valor tiene para un tercero? La acreditación tiene que servir para un mercado. Hay 150.000 alumnos que abandonan Secudaria al año. Y al final, tantos certificados pueden servir sólo para abrir una papelería». De hecho, en CECE consideran que podría ser inviable: «En el caso de la Secundaria obligatoria, hay asignaturas que pueden no mantener su validez», aseguran. El resto de reformas que desarrolla el Gobierno buscan orientar mejor a los jóvenes de entre 15 y 16 años. Plantean nuevas asignaturas optativas para ampliar el abanico de posibilidades, sin embargo «su planificación no tiene sentido y se ha hecho de tapadillo», comenta Guaita.

Así, el objetivo es cuarto de la ESO. Los centros tendrán que ofrecer como mínimo siete de las 11 asignaturas optativas disponibles, que se distribuirán en tres grupos, más uno de «materias comunes». Así, aparte de cursar las asignaturas obligatorias, los alumnos elegirán tres materias de una misma opción, o dos de una más otra del resto de grupos o de las materias comunes. Hasta ahora, había ocho optativas que podían ser agrupadas por los centros.

Así, se presentan tres opciones. La Opción 1 conlleva Educación, Plástica y Visual, Latín y Música. La Opción 2, Biología y Geología; Física y Química, y Tecnología. Y la Opción 3, Alimentación, Nutrición y Salud –optativa nueva–; Ciencias Aplicadas a la Actividad Profesional –también nueva– y Tecnología. Por último, las materias comunes a todas las opciones serán Informática, Orientación Profesional e Iniciativa Emprendedora –nueva– y Segunda Lengua Extranjera.

A la patronal le parece «poco viable» la idea de implantar modalidades distinas en 4º de la ESO. «Los centros pequeños carecen de recursos para hacer todas esas ofertas: no tienen alumnos ni espacios para mantenerlas», dice Del Castillo. Por ello, no dejaría de ser un «parche». «Se ha hecho tal destrozo con la Secundaria que tiene difícil arreglo», concluyen desde CECE. Algo en lo que coincide Luis Carbonel, presidente de Concapa (padres católicos). «Así no se soluciona el problema del abandono y el fracaso escolar».