Sindicatos

La reforma de las pensiones sigue en punto muerto

Tres días y cuatro reuniones no han sido suficientes para acercar posturas. Hoy puede ser el asalto final.

El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez
El ministro de Trabajo, Valeriano Gómezlarazon

MADRID- Valeriano Gómez, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo siguen sin encontrar la luz después de más de veinte horas de infructuosas reuniones, que comenzaron el pasado viernes y que continuarán hoy sólo en jornada matinal, toda vez que la Unión General de Trabajadores tiene convocado a su consejo confederal por la tarde. La discreción sigue presidiendo los encuentros entre el Gobierno y los sindicatos hasta el extremo de que ayer, como hiciera en la madrugada del domingo, el Ministerio de Trabajo e Inmigración despachó el asunto con un escueto comunicado: «La reunión ha terminado. No hay declaraciones. El encuentro continuará mañana».

Y es que tanto una parte como la otra no quieren introducir elementos que puedan distorsionar la posibilidad de un acuerdo que cada día que pasa se ve más difícil. Lo que parece descartado es que la respuesta de los sindicatos en el caso de que las conversaciones acaben sin acuerdo alguno vaya a ser por la vía de la huelga general. «Antes de llegar a convocar una huelga general buscaremos otras medidas de presión más cercanas en el tiempo».

La reunión de esta mañana puede ser el último intento de Gobierno y sindicatos en la búsqueda de una posición común que despeje una de las incógnitas que más preocupa a los mercados. Los sindicatos prefieren evitar este adjetivo y abren las puertas a que en la reunión de hoy haya algún tipo de acercamiento, «que no vas a cortar por estar convocado el consejo confederal de UGT por la tarde o el de CC OO el martes».


Se agotan los plazos
Otra cosa es si hoy las conversaciones mantienen el desencuentro de estos tres últimos días. «En ese caso y siempre que no se vea ninguna posibilidad de alcanzar un acuerdo no vas a seguir mareando la perdiz», comenta a LA RAZÓN una fuente sindical.

Ambas delegaciones siguen empantanadas en la ampliación de la edad de jubilación a los 67 años. Ni siquiera las supuestas concesiones del Gobierno –que puedan jubilarse a los 65 años aquellas personas que hayan cotizado a la Seguridad Social cuarenta o más años– han convencido a los sindicatos, que consideran irrenunciable el mantenimiento de la actual edad. El Ejecutivo mantiene otra bala en la recámara para negociar, aunque no haya sido siquiera estudiada en profundidad: mantener en 15 años el cómputo de la vida laboral sobre el que se fija el montante de la pensión. Aunque en este asunto no hay una posición clara del Ejecutivo, todo parece indicar que sería de su agrado que se ampliara hasta 20 años. Lo que parece descartado totalmente es incluir toda la vida laboral de las personas como base del cómputo.


Buena voluntad
Alfredo Pérez Rubalcaba insistió ayer en que el Ejecutivo y los sindicatos se reunirán «las veces que haga falta» para llegar a un acuerdo, aunque enfatizó que es necesario sacar adelante la reforma con el mayor consenso posible, sobre todo el social. El político parece imposible, después de que los partidos no se pudieran de acuerdo en el marco del Pacto de Toledo. «Tenemos que hacer esta reforma y recordar a los ciudadanos que su objetivo es garantizar que quienes se jubilen en 2030 o 2040 tendrán las mismas garantías de cobrar su pensión que los que se jubilan ahora», dijo Rubalcaba, que añadió que «cuando uno reforma una casa, llama a un arquitecto y este sistema de pensiones, es hijo político de un gobierno socialista».

Javier Arenas, vicesecretario de Política Municipal y Autonómica del PP, pidió ayer en Málaga que el Gobierno «dialogue hasta la extenuación».


4 posibilidades
1.- Manifestaciones
Se presenta como la medida más fácil e inmediata de responder a una falta de acuerdo con el Gobierno, que parece más que probable. losQuamquer essis cae essus, conferr turbit? que abus, ut etimur ina, egerio etorum
2.- Concentraciones
Se llevan a cabo con mucha facilidad y mueven a miles de personas en muy pocos momentos. Suelen ser muy utilizadas.
3.- Paros parciales
Se estudiaría siempre y cuando quedara totalmente descartada la posibilidad de convocar otra huelga general como la del 29-S.
4.- Huelga general
Es ahora mismo la opción menos probable. Se tarda tiempo en articular. En la memoria están los «resultados» del 29-S.



El Gobierno regala otros 26,6 millones a los sindicatos
Hace tan sólo cuatro días los sindicatos recibían 505.110 euros de regalo de Reyes. Bueno, en realidad, el dinero era para los de siempre, Comisiones Obreras (CC OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT). Ya entonces comenzó a planear la idea de que el Gobierno intentaba así evitar la huelga general, elucubración que parece confirmarse conforme avanza el año. Y es que, apenas un día después de conceder esa generosa dádiva, el BOE aprobaba otra subvención de 26,6 millones para las organizaciones sindicales.
El artífice de esta nueva concesión no es otro que el ministro guadiana de la política española, o lo que es lo mismo, el titular de Política Territorial y vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves.
Así, queda claro que el fantasma de la huelga favorece a estas organizaciones. Tanto, que hasta el texto de la resolución les coloca en una situación ventajosa. En primer lugar no tendrán que presentar «justificación documental» de sus gastos corrientes, es decir: teléfono, agua, gas, material de oficina, limipieza... y, además, su «capacidad organizativa» les convierte en los elegidos frente a organizaciones más modestas.
Finalmente, la resolución introduce una particular matización. Pese a que la Ley de Morosidad establece que en 2012 los gastos subvencionables deben ser pagados en un plazo máximo de 40 días, tras la finalización del servicio, la resolución de Chaves amplía a 75 días ese límite.