Tarragona

Seducidas subastadas y obligadas a prostituirse

La banda seducía a las jóvenes en Rumanía bajo falsas promesas para trasladarlas a España y venderlas al mejor postor.

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BARCELONA- Las detenciones de bandas de trata de blancas, de explotación de mujeres para la prostitución, es un hecho habitual en nuestro país. Menos normal es la brutalidad con la que trataba a las jóvenes una red desarticulada en la provincia de Tarragona por los Mossos d'Esquadra.

La Policía Autonómica catalana ha detenido a cinco presuntos proxenetas acusados de esclavizar a once mujeres con edades comprendidas entre los 19 y los 38 años. Las víctimas eran captadas –o capturadas– en Rumanía. Un grupo de hombres, bajo una falsa apariencia de relación sentimental, les prometían «una vida mucho mejor en Cataluña».


Amenazas de muerte
Los métodos de «seducción» funcionaban, por lo que las mujeres se trasladaban a diversos prostíbulos de la zona de Tarragona. Entre ellos, los cercanos a la carretera N–340, en Sant Carles de la Ràpita (Tarragona).

Fueron muchas las mujeres explotadas en las cercanías de la N–340, pero en el momento del arresto, las prostituidas eran 11, con las edades citadas anteriormente. Los detenidos ya han ingresado en la cárcel, según determinó el juez instructor del caso.

El problema no era sólo la explotación sexual, sino también el método, el trato recibido, y la falta de escrúpulos y humanidad. Una vez llegadas a Tarragona, empezaba un calvario del todo inhumano. Se las vendía al mejor postor como si de ganado se tratase. La banda desarticulada procedía a vender a las mujeres a cualquier red de proxenetas. Eran subastadas, recibiendo el mismo trato que cualquier mercancía. No es un detalle menor, pues este hecho es diferencial respecto a otras operaciones similares.

La subasta no era el único problema al que se enfrentaban estas mujeres. El grupo desarticulado se comportaba de forma violenta con ellas, en el caso de que se negaran a ser prostituidas. Según informaron fuentes de la Policía Autonómica, las jóvenes recibían continuas palizas y amenazas sobre sus familias.

Además de las agresiones y coacciones, las mujeres esclavizadas tenían que afrontar más problemas. Eran obligadas a mantener relaciones con los miembros de la banda. Cualquier reacción negativa era respondida con una violencia desmedida.

Las mujeres explotadas estaban obligadas también a realizar cualquier tipo de «servicio» que les pidiera el cliente, incluso sin ningún tipo de protección profiláctica ni precaución. El precio siempre era fijado por los miembros de la banda. Una vez finalizaba la jornada de «trabajo», las jóvenes tenían que entregar todo el dinero recaudado a los proxenetas.


Gestación avanzada
En el caso de que una de las mujeres quedara embarazada, era obligada por sus «protectores» a seguir ejerciendo la prostitución hasta un estado avanzado de la gestación. Posteriormente, eran obligadas a abortar de forma más que temeraria, llegando incluso a poner en peligro su vida.

La investigación policial ha durado más de un año, y ha derivado en una detención de cinco hombres de entre 20 y 35 años. Todos los arrestados están domiciliados en Vinaròs (Castellón). Ya están encarcelados por su presunta participación en los delitos relativos al ejercicio de la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y ciudadanos extranjeros, agresiones sexuales, detención ilegal y contra la salud pública. Los Mossos buscan a más víctimas de la banda.