Cataluña
ETA ya tenía fecha para volver a atentar cuando dio el comunicado
Los terroristas, en plena reorganización interna, preven una campaña de terror si el Gobierno no se aviene a negociar / Después anunciarían una tregua «más definida» / Los expertos calculan que a la banda le hacen falta todavía dos meses para completar una mínima reorganización.
ETA ya tiene dos negativas: a la negociación y a la legalización de su brazo político. Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN consideran que la banda contaba con ellas cuando emitió, el pasado domingo, el comunicado en el que se limitaba a anunciar una interrupción, sin fijar la duración y el alcance, de los atentados «ofensivos».
Si se relee el texto elaborado por los pistoleros, agregaron, más que una exposición de buenas intenciones parece una provocación, una «declaración de guerra».
«Derruir los muros»
Además, según recuerdan, concluye con una frase que la banda incluía en sus comunicados cuando Domingo Iturbe, «Txomin», era el jefe de la organización criminal: un llamamiento a que cada uno contribuya, en su ámbito y con su nivel de compromiso, para «derruir los muros».
Los expertos creen que lo que ha hecho ETA es un movimiento táctico. Mientras logra culminar su reorganización interna, intenta «cargarse de razones» para volver a cometer atentados. La estrategia no es nueva y responde al «modus operandi» de cualquier organización terrorista. Ofrezco una negociación, contestan que no, me obligan a utilizar la fuerza y, de nuevo, planteo la negociación, en este caso con un alto el fuego o tregua más definida.
El propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, admitió ayer la posibilidad de que ETA esté tratando de «legitimar la lucha armada haciendo ofertas de diálogo para, dentro de unos meses volver diciendo: "Ves cómo no hemos conseguido nada con las ofertas"».
Se trata de una estrategia perversa en la que la banda intenta manejar los tiempos. Su objetivo a medio plazo es que los candidatos proetarras estén en las elecciones municipales y forales del año que viene.
Para eso faltan todavía algunos meses y antes tienen que celebrarse los comicios autonómicos en Cataluña, con unas perspectivas no demasiado positivas para los socialistas. España vive sumida en una profunda crisis económica, con un gran malestar en amplias capas sociales. El Ejecutivo, piensan los terroristas, necesita una baza para colocar en el haber de tan preocupante balance. Además, acaba de protagonizar una negociación indirecta con otros terroristas, los de Al Qaida para el Magreb Islámico (AQMI), que secuestraron a tres cooperantes, liberados tras el pago de un importante rescate y la excarcelación de un colaborador de la banda islamista.
Todos estos elementos son los que han llevado a la banda a «formalizar» como mano tendida lo que era un «parón técnico» (desde el pasado mes de marzo) de los atentados, obligado por la eficacia de las Fuerzas de Seguridad. No ha anunciado una tregua porque, según la doctrina interna de la banda, son «instrumentos de gran valor (...) que se agotan o recortan con su uso. Por ello, sólo se establecerán, gestionarán y mantendrán para alcanzar puntos de inflexión y saltos políticos dentro del proceso de liberación».
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