Mejor imposible

Recuerdo como si fuera ayer cuando empezamos la concentración en Madrid a finales de julio. Las expectativas eran las máximas y nos quedaba un mes de trabajo por delante para llegar al campeonato. Ya han pasado los ocho primeros partidos del Eurobasket. Resta una semana de torneo y estamos exactamente en el lugar que queríamos y en las condiciones que todos deseábamos. Afrontamos los cuartos de final como primeros de grupo y la Selección está como todos queríamos que estuviese. Todos enchufados y con tres partidos por delante para lograr el billete para los Juegos y volver a ser campeones de Europa.

El partido ante Francia ha sido muy raro porque los franceses han querido que así fuera. Collet ha dejado en mal lugar el análisis que hice el domingo. Su apuesta por jugar sin Noah y Parker nos ha dejado a todos un poco fríos. A nosotros, en realidad, nos daba exactamente lo mismo. El seleccionador francés es el que mejor sabía lo que convenía a su equipo, y así ha actuado. Nosotros hemos jugado única y exclusivamente para ser primeros de grupo, tener un día de descanso entre los cuartos y la semifinal y no para elegir rival.

El equipo afronta los cruces sin problemas físicos, sin los jugadores sobrecargados de minutos y con la ideas muy claras sobre lo que debemos hacer. A nivel de sensaciones, ritmo e intensidad, no hay problema alguno. Y sobre quién será el siguiente rival, pues tampoco preocupa demasiado. Eslovenia parece favorita, pero los finlandeses están ante la oportunidad de sus vidas.