Actualidad

Durban 2011

La Razón
La RazónLa Razón

No ha sido una catástrofe como encuentro, pero sí una desgracia más en el rosario de frustraciones que están sucediéndose desde la prometedora Conferencia del Clima de Bali (2007), cuando se trazó una «hoja de ruta» llena de esperanzas. Luego llegó la algarabía de Copenhague (2009), y doce meses después, el semifiasco de Cancún (2010).
Ahora, en Durban, en este mismo mes de diciembre, no se ha resuelto prácticamente nada. Seguiremos, pues, deslizándonos por el plano inclinado de la más necia negligencia; en duro contraste con los informes del IPCC sobre el crecimiento imparable de las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero (GEI).
Los acuerdos alcanzados en Durban, en la penosa prórroga de 48 horas para no dejar todo en el vacío, no pasan de ser una mera consolación. Algo así como: «No hemos hecho casi nada, pero queremos hacerlo, y nuestra meta la fijamos en el año 2020»; con la incertidumbre de si el Protocolo de Kioto seguirá en activo tras su fecha oficial de caducidad el 2013. Porque ya hay países, como Canadá, Rusia y Japón, que han anunciado su decisión de no ir a la prórroga. En tanto que China y EE UU, que cada vez se entienden peor entre sí, sólo firmarían un acuerdo global, a negociar en los próximos años.
La crisis económica está influyendo en todos esos avatares, y así, el «Fondo Verde» con el que se prometían tantas ayudas a los países en vías de desarrollo, carece prácticamente de recursos. Mientras que los mercados de carbono languidecen ante la permisividad total de emisiones de GEI.
Para sus adentros, Gaia podrá estar pensando: «Estos humanos de mis pecados no se merecen la biosfera de que disfrutan. No tendré más remedio que castigarlos para que reconozcan su desidia y rectifiquen sus errores».