«En España sería impensable»

«Es impensable. Nuestra mentalidad es distinta y con respecto a las armas estamos en las antípodas», comenta un portavoz de la Universidad Complutense de Madrid ante la hipótesis de que las pistolas llegaran a las aulas. En España, portar un arma es muy raro. Las armas están muy restringidas: «Tan sólo un 6 por ciento de los españoles llevan armas: las autoridades policiales y los responsables de prisiones principalmente.

Es más, las personas que demandan las licencias son mayores de treinta», afirma Javier Agundo, vicepresidente de la Asociación Española de Armas de España. La visión norteamericana es muy diferente. Allí es habitual, sobre todo en el sur, que sus ciudadanos guarden un arma bajo la cama. «Aunque en la mayoría de los países europeos la legislación limite en exceso el uso de pistolas, no somos partidarios de tanta libertad», apunta Agundo.

Michael Moore dejó claro en su documental «Bowling for Columbine» el problema de la proliferación de armas entre los jóvenes. De ahí, que numerosos colegios e institutos decidieran intensificar su seguridad. No obstante, los asesinatos múltiples y los actos violentos no han cesado. Especialmente, en los centros de educación superior. «La violencia escolar no se resuelve armando a los alumnos.

Así, convertiremos las universidades en campos de batalla. En EE UU se debería hacer un análisis riguroso desde el trabajo social para poder determinar las causas y crear protocolos de actuación. En cambio, han optado por la vía rápida», explica el sociólogo Antonio López, catedrático de Trabajo Social de la UNED.

EE UU no ha sabido atajar la violencia en las aulas y, como apunta López, «esa situación no se daría en Europa porque tenemos un sistema social diferente, no somos tan individualistas». Un argumento que comparte Virginia López, portavoz de la Asociación estudiantil Educación para la No Violencia. «En Estados Unidos se han olvidado de los problemas sociales. Lo que ocurre allí es un disparate que espero que nunca suceda aquí».