Sevilla

OPINIÓN: Don Pedro Niño

La Razón
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Año 1394. Según el erudito Justino Matute no consta en nuestros anales que el Rey estuviese en Sevilla este año, mas Juan Antonio Enrique, en sus «Historias Marítimas de España», refiere que bajando el Rey don Enrique III en su falúa por el río Guadalquivir, desde La Algaba, para Sevilla, como el agua corría allí muy fuertemente con la menguante y los remeros bogaban mucho, llevaba la falúa gran salida y de presente se vio por delante una maroma del grueso de una pierna de hombre, que venía atravesando todo el río sosteniendo una red para pescar sábalos. Los que iban con el Rey gritaron: «¡Santa María, valednos, que estamos en gran riesgo con aquella maroma!». Pero al punto saltó el joven don Pedro Niño a la proa y sacando su espada, dio tal golpe que se cortó la maroma, de la cual quedaron todos maravillados, y dijeron los marineros que, según la furia que la falúa llevaba, si la maroma no fuese cortada y se encontrara con ella no se hubiera podido evitar el que zozobrase con el Rey y con cuantos allí iban, por lo que fue muy notable el gran golpe de la espada y la pronta ocurrencia que les libró de tan gran peligro, siendo esta la primera acción con que se dio a conocer a los 16 años de edad el dicho don Pedro, que después fue famoso marino. Ya ven cómo cambian los tiempos. Ayer, un chaval se hace famoso por cortar una maroma. Hoy, viven mal autores que se han llevado muchos años al pie del cañón y no llegan a conocerlo ni la portera de su casa. Pero así es la vida, que no será tan mala cuando, a la hora de la verdad, nadie quiere abandonarla, por muchos golpes sin espada que haya recibido.