Sevilla

Trampolín o tumba

La Razón
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Me da la sensación que al PSOE andaluz le importa una higa quién tome el destino del partido a nivel federal. No, su verdadero problema es salvar el barco de la Junta aunque sea sin honra, muy difícil de recuperar tras el caso ERE. Por cierto, la honra de los populares está también en entredicho no obligando dimitir al condenado alcalde de Alhaurín El Grande. O Arenas y Sánchez Camacho se ponen de acuerdo en el código ético de los cargos públicos o los sondeos electorales pueden arder tanto o más que Troya. Pero vayamos a la familia socialista. Por edad, formación, afinidad, procedencia y curriculum, Griñán se suponía alineado junto a Chaves (iban juntos al cine, no sabemos si a la misma sala), en definitiva apoyando al que fuera su compañero de gabinete en los noventa Alfredo Pérez Rubalcaba. Ahora bien, ¿dónde va electoralmente Griñán cogido del brazo de Pérez, parecido semblante de derrota, barba incluida, especialmente encanecida la del presidenciable andaluz?
No es por tanto la lucha de oficiales versus críticos, que también, la que se está librando, sino una pugna entre la lógica y la urgencia. Lo razonable es que sea un político de experiencia y solvencia el que acometa con prudencia los inaplazables cambios de rumbo que precisa la socialdemocracia del siglo XXI. Sin embargo, Chacón, u otra cualquier tercera vía novedosa, supondría un indudable activo y atractivo para las posibilidades de los socialistas andaluces el 25 de marzo donde su segundo objetivo, al margen de mantener el gobierno, será intentar frenar al avance de Izquierda Unida. Porque Alfredo y José Antonio pueden fundar un despacho de abogados o una correduría de seguros pero no parecen capaces de movilizar ni de ilusionar al electorado izquierdista. Por lo demás, la decisión del presidente de la Junta de haber aplazado los comicios a finales de marzo se ha demostrado suicida y para ejemplo lo ocurrido la semana pasada en el PSOE de Sevilla. El Congreso federal se concibió como trampolín de las andaluzas mas el tiempo nos está dando la razón a quienes advertimos que sería su tumba.