Egipto

Culebrón Van Gogh

Mientras continúa en paradero desconocido el lienzo «Las amapolas», sustraído del Museo de El Cairo, el caso salpica ya hasta a varios políticos egipcios

A la izquierda, el original, a la derecha, tal y como quedó después del robo: sólo el marco.
A la izquierda, el original, a la derecha, tal y como quedó después del robo: sólo el marco.larazon

Sábado 21 de agosto por la noche en El Cairo. El museo Mahmud Jalil ha cerrado sus puertas hace unas horas. Las cámaras de la entrada y de la salida del museo están desconectadas. También está fuera de servicio el detector de metales situado en la puerta principal. Bien. Ahora hay que asegurarse de que del total de 43 cámaras, sólo funcionen 7 y entre ellas no estén las de la sala donde está el cuadro de «Las amapolas», de Vicent Van Gogh. Siguen sin funcionar. Llevan así desde hace mucho tiempo. Ahora sólo hace falta llamar la atención de los guardias de seguridad que custodian por la noche el centro de arte. Suena la alarma de incendios de un ala alejada. Es el momento. Lentamente, con los sistemas de prevención de robos fallando, y con un instrumento cortante, se separa el lienzo, dejando el marco. Ya está, sólo resta salir sin ser visto y el cuadro del maestro holandés, valorado en 55 millones de dólares ha desaparecido.

Ésto, que parece una película de la saga de «La Pantera Rosa», un robo de guante blanco, sucedió de verdad y el ladrón o ladrones lo tuvieron muy fácil. Cuando los empleados de seguridad regresaron a la sala, el cuadro había sido robado. En seguida se avisó a las autoridades y se cerró el museo. Pero la comedia no se termina ahí. A todos los fallos de seguridad existentes en el Museo Egipcio hay que añadir que el fiscal general de Egipto, Abdel-Meguid Mahmud, prohibió abandonar el país temporalmente, durante cuatro días, al jefe del sector de Artes Plásticas del Ministerio de Cultura, Mohsen Shaalen, a la directora y a los empleados del museo. En total nueve personas están bajo sospecha acusados de «negligencia y fracaso a la hora de realizar sus labores de trabajo». El propio Shaalen reconoció que el sistema de seguridad del museo es deficiente, pero se negó a asumir su responsabilidad ante el robo. Además, el domingo la confusión obligó a afirmar a las autoridades que habían detenido a dos ciudadanos italianos acusados del mismo y que tenían el cuadro, pero no era cierto, como ratificó el Ministerio de Asuntos Exteriores italiano.


Los italianos, bajo sospecha
Todos consideran que fue un robo muy profesional y que las medidas de seguridad hace años que eran deficitarias. Los resultados de las primeras investigaciones del museo muestran un «déficit flagrante» en la seguridad, que, en palabras del ministro de Cultura, Faruk Hosni, es una «grave negligencia», en declaraciones a Al Yazira.
 
El profesor de Bellas Artes Sabah Meligy, que fue jefe de la dirección central de Museos y Exposiciones entre 2006 y el 2009, aseguró que durante el tiempo que estuvo en el cargo, se intentó «mejorar los sistemas de seguridad del museo» y que será imposible vender el cuadro porque «está bajo el nombre de Van Gogh y del museo, y esto es conocido internacionalmente». Entre todo este baile de personajes y de versiones, las autoridades aeroportuarias empezaron a controlar los aeropuertos para evitar que la obra abandone el país. Según las propias autoridades, fueron registrados más de 100 ciudadanos italianos que regresaban a su país.

La pintura sigue desaparecida y los esfuerzos por recuperarla parece que no llevan a ningún sitio. Si Van Gogh levantara la cabeza...


Dos veces robado
El lienzo «Las amapolas», conocido también como «Amapolas» y «Jarrón con flores», es una obra impresionista de la última etapa artística de Van Gogh (1853-1890). Este mismo cuadro fue robado ya en 1978 y recuperado diez años después. El museo egipcio, que lleva el nombre de un político que reunió una colección importante de obras pictóricas, alberga también obras de Gauguin, Monet, Manet y Renoir.