Asturias

Griñán exige a Rubalcaba un «proceso de integración» tras dividir al PSOE-A

Niega que su apuesta fallida por Chacón debilite su figura de cara a las autonómicas

Griñán exige a Rubalcaba un «proceso de integración» tras dividir al PSOE-A
Griñán exige a Rubalcaba un «proceso de integración» tras dividir al PSOE-Alarazon

SEVILLA- Ni el «espíritu de Olula» sirvió para vencer a Alfredo Pérez Rubalcaba, quien ganó ayer la batalla final. Se convirtió pasadas las 17:30 horas en el nuevo secretario general del PSOE al imponerse por 22 votos a su contrincante: Carme Chacón, la apuesta del «aparato» socialista andaluz.

Los delegados votaron tras escuchar los discursos de los dos candidatos. Alrededor de las 15:45 horas comenzó el escrutinio que duró más de una hora y media. Fue un recuento lento, «muy prolijo», en palabras del secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, manual y urna a urna. «Se ha hecho de una forma muy garantista», aseguraron a LA RAZÓN fuentes del partido. No en vano, el 38 Congreso Federal ha estado precedido de «graves» tensiones y, en concreto en Andalucía, de acusaciones de «presiones» por los partidarios del ahora vencedor. El ex vicepresidente del Gobierno logró el respaldo de 487 delegados, el 51,16 por ciento de los votos, mientras Chacón, se quedó con 465 apoyos, un 48,84 por ciento, de los 955 delegados que hicieron uso de su derecho a elegir líder. Decidieron y Rubalcaba fue ovacionado pero el plenario era fiel reflejo de la división del partido: una parte de la sala permaneció quieta, de pie, sin reaccionar. Hubo quien proclamó: «Andalucía y Cataluña son de Chacón, ¿qué ha pasado?». Y quien no dudó en manifestar: «Esto no es bueno para las elecciones andaluzas». Sus ojos estaban puestos en el presidente de la Junta de la Mesa y del 38 Congreso del PSOE. Griñán fue el encargado de anunciar el resultado, tras lo que felicitó a Rubalcaba en un gesto muy distinto al abrazo que se produjo entre el sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero y Patxi López, su valedor sin fisuras desde el inicio del proceso electoral.

Fuentes socialistas negaron que el «chaconeo» del entorno del presidente del Gobierno andaluz – la mayor parte de sus secretarios provinciales, su responsable de Organización, Susana Díaz, o su «mano derecha» en la Junta, Mar Moreno– le vaya a pasar factura o que la estrategia de la pretendida «neutralidad activa» fuera un error. Sin embargo, fuentes del ala más veterana del partido no piensan lo mismo e insisten en que «se han hecho mal las cosas». El ex secretario de Organización del PSOE-A y diputado en el Parlamento andaluz por Cádiz, Luis Pizarro, cuestionó abiertamente que se plantee esa supuesta posición de «neutralidad» con el objetivo de «impedir pronunciarse» en público a dirigentes sobre sus preferencias entre ambos candidatos. Con todo, rechazó que la victoria de Rubalcaba debilite a Griñán o a la dirección regional de la formación. ¿El motivo?: «No se ha presentado al Congreso».

El propio secretario general de los socialistas andaluces refutó que su figura hubiese sufrido algún tipo de daño en el 38 Congreso. Su mensaje fue el previsible: «Se va a producir, sin duda, una integración total a partir de la Secretaría General de Alfredo Pérez Rubalcaba y creo que todos vamos a sentirnos, al final de este conflicto, ganadores». No quiso desvelar el sentido de su voto y recordó que nunca se ha pronunciado a favor de ninguno de los dos aspirantes pero aseveró: «Carme es un valor muy muy importante para este partido». Para insistir en que «la obligación del ganador es hacer un proceso de integración en el que todo el mundo se sienta cómodo».

Rubalcaba, generoso, tras su victoria instó a los suyos a trabajar a partir del lunes «para ganar Andalucía y Asturias». «Que no se me ha olvidado», apostilló . ¿Lo recordará todo y ajustará cuentas?


Respuestas para una estrategia perdedora
¿Por qué creía el PSOE-A que Carme Chacón les beneficiaría en las elecciones autonómicas? Un cargo socialista tiene una respuesta: «La gente no quiere continuismo y ella lo encarna menos». Un consejero niega que convocar el 38 Congreso en la antesala de las regionales haya sido negativo: «No podíamos llegar en situación de interinidad».