Ciencias humanas

Los bebés lo tienen claro: el más grande es el que manda

Psicólogos de la Universidad de Harvard han descubierto que los niños menores de un año tienen noción de la jerarquía social y entienden que el más fuerte es quien manda, según un artículo publicado hoy en la revista Science.

El autor principal del estudio Lotte Thomsen, profesor de psicología en la Universidad de Copenhague, explica que su trabajo sugiere que es posible que los humanos nazcan o desarrollen a edad temprana, una cierta comprensión de la dominación social.

Los investigadores han analizado cómo los niños relacionan el tamaño con el poder, una correlación presente en todas las culturas humanas y también en el reino animal.

"Los reyes y jefes se sientan tradicionalmente en tronos grandes, elevados, llevan coronas elaboradas o ropas que les hacen parecer más grandes de lo que realmente son, y sus subordinados se arrodillan para mostrar respeto ante estos seres humanos superiores", recordó Thomsen.

Los expertos señalan que muchos animales, como pájaros y gatos, se hinchan para parecer físicamente mayores ante un adversario y se postran para demostrar sumisión, al igual que hacen los perros.

"Nuestro trabajo sugiere que incluso con su limitada socialización pre-verbal, los bebés humanos pueden comprender tales exhibiciones", indicó.

Thomsen y sus colegas de Harvard y de la Universidad de California, han estudiado las reacciones de los niños de entre 8 y 16 meses al ver cómo interactúan los personajes de dibujos animados de diferentes tamaños.

Los investigadores mostraron vídeos a los bebés en los que aparecían dos bloques de diferente tamaño, con ojos y boca, que avanzaban desde distintos puntos hasta encontrarse en el centro de la pantalla.

Se presentó entonces a los bebés dos versiones de lo que se produce en esta situación: en la primera el grande impide el paso al pequeño y éste tiene que ceder y dar un rodeo para pasar, en la segunda ocurre lo contrario.

Los investigadores señalan que los niños tan pequeños tienden a prestar más atención cuando las situaciones les sorprenden y los psicólogos quisieron confirmar su reacción midiendo el tiempo que prestaron atención a la pantalla.

"Dado que los bebés no pueden ser entrevistados, sus experiencias y expectativas deben ser evaluados por su comportamiento", explica Thomsen.

Según su teoría, los niños prestaron más atención cuando el bloque grande cedió ante el pequeño, la media fue de 20 segundos, frente a los 12 segundos, en el caso en el que el grande impedía el paso al pequeño.

En las últimas décadas, los científicos han aprendido que la mente infantil crea representaciones abstractas de la física intuitiva, la psicología y las matemáticas.

También se ha demostrado que los bebés captan aspectos del mundo social -como por ejemplo si otras personas ayudan o son un impedimento para terceros-, representaciones, que según los científicos, forman parte de lo que necesitan los niños para poder entender la cooperación en el mundo.

"Los estudios que presentamos son los primeros en mostrar que los niños pequeños también pueden entender situaciones en las que los agentes tienen objetivos en conflicto, y tienen maneras de predecir cuál de los dos prevalecerá", explica Susan Carey, co-autora y profesora de psicología en Harvard.

Incluso los bebés entienden que ser musculoso es muy útil en un conflicto, aunque también se ha visto que son capaces de desarrollar empatía con los demás de manera natural, un aspecto vital para la convivencia.