Para lo que me queda

¿Qué hacemos con el Albéniz? Después del susto con el incendio habrá que plantearse esta pregunta en algún momento, pero planteársela en serio, y no como una pantomima. ¿Lo dejamos como está –okupado– y miramos hacia otro lado hasta que nos vuelva a dar un susto quizá mucho más grave?, ¿o les pedimos a los responsables políticos que tomen el toro por los cuernos y que eviten estas situaciones? La delegada del gobierno, Dolores Carrión, no es «muy» de desalojar. Eso ya lo sabemos. No lo ha sido en estos meses desde el 15-M así que no podemos pedirle que lo sea en los dos telediarios que le quedan. El dicho popular le viene al pelo: «Para lo que me queda en el convento...» y hasta ahí se puede leer que estamos en horario infantil. Pero como último servicio a la causa Carrión podría aprovechar para no dejarle este «marrón» al sucesor o sucesora que le tome el relevo en la sede de la calle Miguel Ángel. Es demasiado tarde para saber si se podría haber utilizado la intervención de bomberos y Policía para un desalojo de verdad, y no sólo para que salieran por patas parte de los okupas. Y como nadie lo remediará volverán por el mismo camino por el que salieron. Me resisto a pensar que tiene que suceder una tragedia para que se pongan la pilas los que tienen la obligación de hacerlo. Pero obviamente me quedo en minoría.