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OPINIÓN: El hombre que salvó a Sevilla

La Razón
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Ahora que de nuevo ha resurgido el asunto del nomenclátor de las calles de la ciudad, rebautizando a vías o avenidas sevillanas, quisiera reivindicar desde esta tribuna una petición unánime por parte de muchos ciudadanos. Con motivo de todos los actos que recientemente se han desarrollado para recordar una efeméride histórica como fue el desbordamiento del Tamarguillo hace cincuenta años, Sevilla tenía que haberle dado una calle a D. Gregorio Cabeza Rodríguez. Tras aquellas inundaciones del 25 de noviembre del 61, se vieron afectadas por la catástrofe más de ciento cincuenta mil personas. El ministro de la época, Pedro Gual Villalbí, decidió que D. Gregorio Cabeza era la persona apropiada para ocupar la Secretaría General de la Vivienda. Gregorio Cabeza se convirtió así en un hombre providencial, dotando de espacios y facilitando refugios y viviendas para todos los afectados en aquella riada. Las cartas de agradecimiento que recibió fueron innumerables. Fue funcionario del Servicio Internacional de Correos así como Jefe de Administración del Gobierno Civil de la provincia. Creó «La Corchuela» conocida entonces como «Ciudad de los Refugios», realojando a miles y miles de damnificados, y se convirtió en verdadero salvador de un sinfín de familias. Siempre contó con el incondicional apoyo del cardenal Bueno Monreal, quien le autorizó a que dispusiese de iglesias y templos para acoger a los refugiados. De todo esto, puede dar buena fe de ello el escritor Nicolás Salas, autor de «Sevilla en tiempos del Tamarguillo». Gregorio Cabeza Rodríguez tiene en la actualidad noventa y un años. Por eso, creo que sería una decisión más que acertada dedicarle una calle en Sevilla, la ciudad a la que ha entregado su vida. Porque ahora es el momento. Porque es ley y justicia reconocer la labor de quien fue auténtico protector y bienhechor de esta noble ciudad.