Atenas

Griego y latín siguen vivos

 
 larazon

Mucha gente lamenta de sus desgracias a manos de varios gobiernos del 70 para acá. Pero no han muerto, a Dios gracias, están vivos y bien vivos. Sería el momento de ayudarlos y de ayudar a toda la enseñanza. Porque hay, pese a todo, múltiples estudiosos, también una juventud bulliciosa, me la he encontrado este verano en varios lugares. De algo de esto voy a hablar.

Parece justo hacerlo, demasiado se habla de toda clase de frivolidades. He venido pensando en ello en las múltiples reuniones de este mes de julio. Empezando por lo más señero, diré algo de la reunión en Múnich sobre el Thesaurus o Tesoro de la lengua latina. Ese gran diccionario del latín es redactado en Munich por un equipo dependiente de la Academia de Baviera. Y apoyado por Academias de todo el mundo, entre ellas la española. Existe un comité integrado por representantes de las mismas, se reunió comienzos de julio en Múnich para seguir la marcha del tal Diccionario, asistí en nombre de nuestra Academia Española.

Éste es el gran Diccionario latino que va saliendo adelante, con ayuda de todos, fascículo a fascículo, renovándose siempre, variando y modernizándose a cada momento por un gran equipo de redactores. Los alemanes y sus colaboradores, incluyendo becarios de varias naciones que allí se forman, trabajan concienzudamente, lentos pero seguros. Se debatieron métodos, problemas, innovaciones técnicas, estado de la publicación. Se renovaron los órganos directivos, encabezados por el profesor Vogt.

Éste es un ejemplo del trabajo planificado en Filología Clásica: siguen la nuevas ediciones de autores, traducciones, comentarios, estudios de todo tipo. Todo sigue, nada se ha abandonado, a despecho de las modas. Estuve luego, desde el 10 de julio, en la ciudad de Quíos, capital de esa bella isla griega. Tranquilidad completa, a despecho de los disturbios de Atenas y los problemas económicos.

Asistí allí a una reunión por iniciativa de una sociedad internacional, la Euroclassica, la dirigió la profesora griega María Eleftería Giatracu. Era el décimo aniversario de estas reuniones, he asistido a ellas varias veces. Una reunión muy diferente de la del Thesaurus. Se hablaba de Homero y de mil cosas, en parte a nivel alto y erudito, pero al tiempo había reuniones para los estudiantes: ya estudiando el griego antiguo, sobre todo Homero, ya aprendiendo, otros, el griego moderno. Ambiente distendido, asistentes de todas la edades, excursiones a lugares de ambiente clásico o medieval. Empezando por Emporion, lo que aquí es Ampurias (literalmente «mercado»): el lugar en que los griegos desembarcaron, trajeron su civilización.

Y terminaré hablando de una tercera reunión en un tercer lugar: en Logroño, aquí, a partir del 17. Fue el XIII Congreso de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, el primero lo organicé yo en Madrid, 1954, éste lo presidió el profesor Jaime Siles. Cada vez en una ciudad española, siempre con temas múltiples, diríamos que todos los posibles dentro del mundo grecorromano. Ambiente cordial, acompañados de actividades festivas varias, con niveles también varios, esta vez había multitud de estudiantes. Más de 400 asistentes. Hablé en el homenaje que se hizo a D. Antonio Tovar en la clausura; fue profesor de varios de nosotros y un gran impulsor de los estudios clásicos y de otros más. Y también en la clausura, sobre «Homero, los griegos y más allá de los griegos»: Homero avanzó un paso más dentro de la antigua poesía épica, que viene ya de los indo-europeos y el Oriente. Avanzó en el sentido de la humanidad, el individuo y la libertad, fue el iniciador de la Literatura griega y de toda la Literatura occidental.

Ambiente distendido, cordial, con gente de todas las edades y de toda España. Hay muchos que piensan que estos estudios humanos, de los que apenas se habla, han desaparecido. Pues no. Ha habido, sí, una verdadera persecución por parte de grupos que se han apoderado prácticamente de la enseñanza, infiltrando a unos y asustando a otros desde el último franquismo hasta ahora. Hasta ahora cuando ya se ha visto que aquello que anunciábamos muchos desde el comienzo sobre el peligro de las famosas reformas educativas, ya no es teoría discutible. Se toca con las manos esa decadencia de la enseñanza española, sobre todo la media y la universitaria, por causa de esos mesianismos indoctos.

Con todo, nuestra resistencia y algunas reacciones algo lograron: la Cultura Clásica, el Latín y el Griego, aunque disminuidos, siguen existiendo. Tenemos alumnos excelentes, hay una gran vitalidad, los que he dado son sólo botones de muestra.

Claro que esto no es sólo problema del griego y latín, es un mal general en la enseñanza: el rebajamiento de los niveles de exigencia todo lo penetra. Y llega a la Universidad con el modelo de Bolonia. Con la burocratización de todo: se dan las cátedras con sólo presentar unos papeles que juzgan comisiones anónimas. Nadie da la cara. Ahora que hay elecciones los partidos deberían tomar conciencia de los errores cometidos, dar marcha atrás del modelo de la facilidad, la burocracia, de la ruptura de la unidad, del Humanismo. Aquí sólo quería decir que las lenguas clásicas, como otras materias más, siguen adelante pese a todo, tienen cultivadores, tienen estudiantes. Esperan tiempos mejores.