País Vasco

Artur Mas «Cataluña no encaja en una Constitución restrictiva»

Artur Mas «Cataluña no encaja en una Constitución restrictiva»
Artur Mas «Cataluña no encaja en una Constitución restrictiva»larazon

- CiU hace más de un año pidió una reforma laboral pese a que el Gobierno se podía enfrentar a una huelga general. ¿Han hecho bien los sindicatos?
–Hacer una huelga general en plena crisis no es oportuno, pero entiendo que las cúpulas sindicales se sienten engañadas por Zapatero y reaccionan de esta manera. Es una reacción al engaño.

–¿Es una «virtud» de Zapatero acabar engañando a todos?
–Nunca es una virtud engañar. En su caso, parece que es una manera de hacer, un talante y engañar siempre a todos no se puede hacer. Los sindicatos han pasado de una «pax romana» a ser muy beligerantes contra el Gobierno; se les había dicho que no se haría nada y, al final, el Gobierno donde dije digo, digo Diego y hace. Tenía que hacer, pero lo que no debería haber hecho es prometer a los sindicatos que no haría nada.

–Con la negociación del Estatut, CiU también ha sufrido el «talante» de Zapatero. ¿Se puede usted volver a fiar del presidente del Gobierno?
–CiU está escarmentada con Zapatero y, como fuimos de los primeros engañados, tenemos que ser de los primeros en no dejarnos engañar otra vez. Cuando te engañan una vez es culpa de quien te engaña, pero cuando te engañan dos, es culpa tuya por dejarte engañar.

–Entonces, ¿CiU prefiere en Madrid un Gobierno del PP?
– Estamos lejos de Zapatero, de su Gobierno y de su partido porque creemos que no están haciendo bien las cosas y nos gustaría un cambio, pero el PP, tal como lo conocemos ahora, no mejoraría las cosas. La actitud de este PP hacia Cataluña no es nada amable, ni comprensiva, y tenemos la sensación de que actúan más en clave de partido que no de país, y, al final, quien tiene que sacar las castañas del fuego al Estado son los partidos nacionalistas, sea CiU en un caso, sea PNV en otro. Los partidos ahora deberían tener una actitud constructiva y positiva, aunque eso no quiere decir un cheque en blanco. Nosotros al tripartito no le hemos dado un cheque en blanco, pero hemos hecho una política de pactos constructiva estando en la oposición si hemos considerado que era bueno para Cataluña.

–¿Qué le pide al PP?
– Les pido que se entrenen a volver a hablar catalán en la intimidad.

–Se muestra crítico, pero hace escasos días reivindicaba los logros obtenidos con el Pacto del Majestic…
– Ahora están muy lejos. Nostalgia de los pactos con el PP no tenemos, deben tener una actitud muy diferente con Cataluña. No quieren que todos los temas importantes que salen desde Cataluña prosperen y deben entender que cualquier relación con una formación como CiU pasa por respetar plenamente la personalidad catalana, el autogobierno, las aspiraciones nacionales, la lengua…Si no respetan eso, no pueden pretender acuerdos estables con una formación como la nuestra.

–¿Hasta dónde llegan sus aspiraciones de autogobierno teniendo en cuenta que usted ha dicho que el Estatut ya está caducado y que su programa va trufado del «derecho a decidir», pero lo deja totalmente abierto?
–La vía estatutaria pertenece al pasado. Dio frutos y fue positiva en muchos sentidos, pero es pasado porque lo han decidido los poderes del Estado con la sentencia del Tribunal Constitucional. Y, si esta no es la vía, sólo hay otra posible. Si no podemos encajar dentro de ésta Constitución Española porque la interpretan muy restrictivamente y se ha convertido en una especie de corsé y no es un tejido elástico y flexible, una de dos, o cambiamos la Constitución para adecuarla a nuestras aspiraciones, o Cataluña toma una vía de futuro que no debe tener necesariamente en cuenta el marco constitucional.

–Sus tesis recuerdan a Ibarretxe...
– Nosotros también tenemos derecho a preguntar si están dispuestos a reformar la Constitución para encajar a Cataluña dentro del marco estatal. A nosotros siempre nos hacen muchas preguntas, pero ha llegado el momento en que nosotros preguntemos. ¿Y España está dispuesta a respetar las aspiraciones de Cataluña como país y a modificar la Constitución para que estas aspiraciones quepan? Si la respuesta es no, sólo nos queda un camino: ir decidiendo libremente nuestro futuro de manera democrática y de manera mayoritaria. Por eso, el derecho a decidir debe ser un camino flexible porque la sociedad catalana respecto a este tema está dividida, no hay mayorías claras.

–¿Y su primer paso es negociar más recursos para Cataluña?
–Es el pacto fiscal catalán, se podría inspirar en el convenio navarro o el concierto vasco, y que pasa porque Cataluña pueda administrar los ingresos que ella misma genera.

–¿Cómo pretende hacer un pacto fiscal sin modificar la Constitución?
–No hace falta, la Constitución no tiene ni un solo punto que detalle el concierto económico vasco o el convenio navarro. Se ha interpretado la cobertura del concierto vasco a través de la disposición adicional primera, cuando dice que el País Vasco tiene unos determinados derechos históricos. Si el País Vasco tiene derechos históricos, ¿no los tiene Cataluña? La Generalitat se creó en el siglo XIV para administrar los recursos de los catalanes y recaudar impuestos. Más derechos históricos que esto, difícil, ¿no? Por tanto, es un problema de voluntad política. Lo que sí dice la Constitución y no se cumple es que los ciudadanos del Estado deben tener una cierta igualdad de condiciones en el tema de la financiación.

–No obstante, el Estatut ya ha tensado mucho las relaciones con el Estado. ¿Lo que usted propone no cree que va a contribuir a aumentar la división y una mayor desafección ciudadana?
–No niego que esto puede crear tensión y dificultades, pero intentaremos explicarnos bien. Además, tenemos la obligación de plantearlo porque Cataluña está sufriendo una auténtica sangría desde el punto de vista de los recursos económicos y no tiene viabilidad de cara al futuro. No podemos imaginar los próximos 10, 15 o 20 años de Cataluña con la asfixia económica a la que nos está sometiendo el Estado. En eso hay grandes mayorías en Cataluña que están dispuestas a defenderlo, y ésta es la diferencia entre el pacto fiscal catalán y el tema del estado propio, que, hoy por hoy, divide a la sociedad catalana.

– ¿Pretende abrir alguna vía para tratar de mejorar las relaciones?
–Si mejorar las relaciones entre Cataluña y España quiere decir que Cataluña reme a favor de España y España en contra de Cataluña, esto no es un escenario de futuro. Llevamos 30 años portándonos bien, y son muchos. Y a cambio, sólo recibimos incomprensión. El TC no nos ha defendido, y el PP y el PSOE tampoco. Pues que no nos pidan que defendamos los grandes proyectos de España, que muchas veces ellos no defienden cuando están en la oposición.

–Con este escenario, ¿Cataluña no podría salir perdiendo, como hermano pequeño?
–Puede ser. Cuando planteas un reto muy grande no tienes la certeza de ganar. La relación entre España y Cataluña en los últimos siglos ha sido de tensión. España ha tenido mucha fuerza, pero no suficiente como para acabar con Cataluña y si no la ha tenido durante cinco siglos, probablemente tampoco la tendrá ahora. También es cierto que Cataluña nunca ha tenido fuerza para convertir España en un Estado plurinacional. Ahora bien, yo no digo que Cataluña tenga que cortar las amarras con el Estado, incluso si algún día Cataluña tiene un estado propio porque hubiese una mayoría muy fuerte que lo quisiera.

–¿Cómo de fuerte debe ser esta mayoría?
–En otra entrevista apunté al 60 por ciento, pero es difícil poner un porcentaje. Es que un proceso así necesita mayorías cualificadas.

–Su mensaje es contundente, pero la proliferación de plataformas y partidos soberanistas surgidos tras la sentencia del Estatut, ¿le pueden robar votos a CiU?
– Espero que no o que no nos roben muchos. Todos los que quieran un cambio en Cataluña saben que el voto útil es CiU. Hay que preguntarse si tendremos un tercer tripartito o no, y cuantos más votos tenga CiU, menos posibilidades habrá de que se reedite un tercer tripartito. Repartir el voto entre muchos otros sólo puede ayudar a que haya un tercer tripartito.

– ¿Qué ocurrirá en CiU si vuelve a ganar y, por tercera vez consecutiva, no gobierna?
–No me lo planteo, creo que esta vez no ocurrirá. Todos aquellos que decían que CiU no resistiría ven ahora que llevamos siete años en la oposición y no nos hemos hundido. Hay que preguntarse qué le ocurriría a Cataluña con un tercer tripartito, y cuando más del 80 por ciento de los 7,5 millones de catalanes nos dicen que no quieren un tercer tripartito, por qué intentan buscarlo.

– Las encuestas le dan una mayoría amplia, pero no absoluta. Usted ha repetido por activa y por pasiva que no quiere gobernar con hipotecas y que tampoco sería bueno un tripartito con CiU, pero ¿dónde buscará los apoyos?
– Buscaré apoyos puntuales para temas concretos.

– ¿También con el PSC?
–Puntualmente sí. Si, desde la oposición, hemos pactado habiendo ganado las elecciones, con más razón lo haremos desde el Gobierno. No cerraremos la puerta a pactos puntuales sobre temas concretos a nadie. Ahora bien, intentaremos que el próximo Gobierno de Cataluña no tenga ni muletas ni hipotecas y eso requiere un Gobierno fuerte, lo que a su vez requiere una gran mayoría en el Parlament. ¿Tendremos una mayoría absoluta? Creo que no, está fuera de nuestras posibilidades, pero ha de ser una gran mayoría para asegurar que el próximo Gobierno de Cataluña sea un Gobierno de cambio.

– ¿Buscará el apoyo del PP en temas económicos y de ERC en los asuntos identitarios?
–Puede ser. Cuando digo pactos puntuales sobre temas concretos quiero decir que en cada tema tendremos que ir a buscar al aliado más factible para sumar. Si tenemos que suprimir el Impuesto de sucesiones seguramente sólo tendremos el apoyo del PP, porque al tripartito lo tendremos en contra. Ahora, para hacer el cuarto cinturón, pues quizá necesitamos al PSC.

–¿Ha pensado en las contrapartidas que les pueden pedir los partidos? La presidenta del PP catalán, por ejemplo, el pasado domingo puso como condición suprimir la abolición de las corridas de toros.
–Le recomendaría a Alicia Sánchez-Camacho que no se ponga muros insalvables porque el tema de las corridas de toros en Cataluña no tiene marcha atrás. Hay una cosa que no entiendo, cómo puede ser que el PP siempre diga que hay que hablar de economía, paro, creación de empleo, infraestructuras y educación, y pidan ahora esta condición. Hablan, precisamente, de las cosas que dicen que no se tiene que hablar. No lo entiendo.

–¿De inmigración sí se debe hablar?
–Evidentemente.

–¿Cuáles son las medidas que hay que tomar en materia de inmigración?
–Hay cuatro medidas clave. Uno, control de las fronteras más estricto; dos, selección de la inmigración en origen, y aquí Cataluña aspira a tener políticas propias; tres, un código claro de derechos y deberes de la inmigración, lo que se traduce en adecuación a los marcos legales propios y un esfuerzo y voluntad real de integración; y hay una cuarta pata que es hacer atractiva Cataluña para que esta gente se identifiquen plenamente. La persona que viene de fuera se encuentra con un país con una lengua propia, dos lenguas oficiales, una cultura diferente de la española y, por lo tanto, está confundida desde el punto de vista de la identidad de quien le está acogiendo. Nosotros lo que debemos procurar es que, si están en Cataluña, que la columna vertebral de su identificación sea la personalidad propia de Cataluña, sin que eso excluya la cultura castellana. Por eso, votamos a favor de la ley de acogida.

–¿Le convence la política del Gobierno?
–De 2000 a 2010 España se ha convertido en el país con mayor inmigración extracomunitaria, todos los gobiernos han hecho la misma política de puertas abiertas. Hay mucha hipocresía porque quienes sólo hacen un discurso de color negro a veces tienen en el servicio doméstico personas irregulares; y tampoco se puede hacer el discurso de color rosa, es un suicidio decir que caben todos.


«Los debates, en catalán»
– Están negociando con el PSC dos cara a cara durante la campaña. ¿Volverá a condicionar los debates a que sean en catalán como ocurrió en 2006 y se acabaron frutrando?
– De la misma manera que Rajoy y Zapatero debaten en castellano y no en inglés o en francés cuando se someten a un debate cara a cara, no entiendo que en las elecciones catalanas el debate no se haga en catalán.

– En varias ocasiones ha apuntado que no descarta tener consejeros externos a CiU, pero el president Pujol dijo que no era lo más conveniente. ¿Sigue pensando en fichar a gente de fuera?
– Sí, lo mantengo y, como el president Pujol, reconozco que es difícil. Pero estoy convencido de que es lo que debemos hacer. Han de ser personas que se identifiquen con nuestro proyecto, que sean independientes pero se identifiquen con nosotros.

– Más allá de independientes, ¿podría ser gente de otros partidos o que haya tenido vinculación con otros partidos?
– Puede, pero no necesariamente ha de ser así. Si formamos gobierno, habrá algún independiente pero no puede ser que la mayoría del gobierno sea así porque en CiU también tenemos gente de primera fila que evidentemente estará en el Govern. Nuestra prioridad es salir crisis.

– ¿Qué medidas propone?
– Primero poner en su lugar los impuestos que ha subido el tripartitoe introducir confianza en el sistema. La economía no se cura en 15 días y nuestras líneas generales pasan por poner en marcha políticas de activación de la economía productiva, influir en las grandes reformas del Estado y apostar por la internacionalización. En esto, Cataluña tiene una ventaja y saldrá antes de la crisis que España gracias al sector exterior.