Federer nunca se acaba

Roger Federer está cerca de los 31, pero su historia en el tenis todavía no ha terminado. Le quedan páginas por escribir, aunque cada vez tenga menos récords que superar, porque casi todos son suyos. El suizo venció a Murray (4-6, 7-5, 6-3 y 6-4) algo más que un partido: sumó su séptimo Wimbledon, tantos como Sampras o Renshaw (éste, en el siglo XIX), que a su vez es su decimoséptimo «Grand Slam»; además, desbanca a Djokovic como número uno e iguala (y seguramente supere el próximo lunes) el mejor registro histórico de semanas al frente de la ATP, que estaba en poder de Sampras con 286. «Siempre creí en mi tenis», dijo Federer, que llevaba desde 2010 sin conquistar un «grande». Su triunfo de ayer se disparó con la pista cubierta tras 40 minutos de parón por la lluvia. Murray y su familia no pudieron contener las lágrimas: es la cuarta gran final que pierde y Wimbledon tendrá que esperar otro año (lo hace desde 1936) para ver un campeón local.