Bruselas

El Gobierno húngaro avisa de que está al borde de ser la nueva Grecia

El Ibex 35 se desploma casi un 4%
El Ibex 35 se desploma casi un 4%larazon

bruselas- Hungría puede convertirse en la nueva tragedia griega. Cuando la UE parecía que había empezado a pasar al ataque para regular los mercados y sus instrumentos especulativos, tras la sensación de descontrol ante la crisis helena que mantuvo durante más de cuatro meses a los Veintisiete a la defensiva, el nuevo Gobierno conservador alertó ayer de que «la economía del país está en una situación muy grave» y que la tarea principal es evitar «el camino de Grecia», según avisó el portavoz Péter Szijjártó.

 

Cadáveres en los armarios

 

El Ejecutivo de Fidesz que lidera Viktor Orban, vencedor de las elecciones del pasado abril por una mayoría de dos tercios con la promesa de «terminar con una etapa poscomunista» y recuperar la salud de la economía de la nación, realizó un chequeo de las cuentas del país que le dejó el anterior Gobierno socialista, y se ha encontrado cadáveres en los armarios. «En Hungría el Gobierno anterior falsificó datos. En Grecia también los falsificaron. En Grecia el momento de la verdad ha llegado. Hungría está antes de eso», añadió el portavoz del Ejecutivo.

 

No es la primera vez que Hungría se sitúa al borde de la bancarrota, ya que Budapest fue una de las primeras capitales que solicitó ayuda al Fondo Monetario Internacional y a la Comisión Europea en octubre de 2008 para evitar la quiebra al principio de la crisis, que logró con un crédito de 20.000 millones de euros. De ellos, 12.500 millones provenían del FMI, 6.500 de la Unión Europea y los 1.000 restantes del Banco Mundial.

 

Jarro de agua fría de Barroso

 

Precisamente este jueves, Orban visitó Bruselas para intentar ganar algo de margen de maniobra en el saneamiento de las cuentas comprometido con sus acreedores, ya que las cifras «maquilladas» de 2009 registraron un déficit del 4% del PIB, frente al 12%, por ejemplo, de Reino Unido. Ayer, desde Budapest no se informó de cuál era el estado real de la economía. Orban se llevó un jarro de agua fría en su visita, ya que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, insistió en que «el ajuste fiscal es una prioridad urgente en toda la UE y que no se debe relajar, sino acelerar».

 

El primer ministro, líder de la lucha contra el comunismo y que ya dirigió el Gobierno entre 1998 y 2002, ha puesto en marcha un plan de austeridad ambicioso con una reducción a la mitad de los ministerios y de los diputados. Tiene ante sí el reto de modernizar un país estancado por la corrupción y unos servicios públicos atrasados, para lo que ultima un plan de competitividad.