Lucy y su hermano por José Mª ALIMBAU

Se llama Lucy. Era telefonista. Renunció a formar una familia para darse a su hermano, sentado en una silla de ruedas, durante 28 años, el hoy beato Manuel Lozano Garrido. Durante una entrevista, me decía: «Compartir mi vida con la de "Lolo"fue una inmensa gracia que Dios me otorgó. Si hubiera vivido mil vidas, se las hubiera dedicado. Era como un hijo. Fue tanto lo que me dio...Fue mi alegría, mi fuerza espiritual, mi maestro: me enseñaba a dar y a darme a los demás. Pude apreciar, después de su muerte, que yo no sabía vivir sin él. Entonces comprobé que mi vida había sido la más bonita de todas las vidas; que mi juventud, junto a él, fue lo más maravilloso que viví."Lolo"era muy delicado y cariñoso. Siempre estaba contento y alegre. Un día me regaló un ramo de rosas blancas. Me escribió un poema que al final decía: "Soy la cruz de tu rosario". "Lolo"afirmaba: "Soy de profesión paralítico. No me cambiaría por nada del mundo". Lo más grande de su vida y de su dolor era su ofrecimiento total a Jesús. Sabía que su dolor, unido al de Cristo, era redentor y ello le bastaba. Jamás lloramos. Sí que nos reíamos mucho. Estábamos contentos, de buen humor: éramos felices».

José Mª ALIMBAU