Sevilla
La incombustible cita con los libros
Pese a los recortes, la edición de este año espera que más de 30.000 personas asistan a los 300 actos que tienen organizados para fomentar la lectura hasta el 20 de este mes
Sevilla- Como cada primavera, la cita con los libros de la capital hispalense llega al recinto de la Plaza Nueva. Un reducto de cultura dedicado a las letras que se ha convertido en una referencia para aquellos interesados en la literatura debido a la interesante oferta de su programa. Contra viento y marea, la Feria del Libro encara esta edición con un importante ajuste presupuestario que no hace retroceder el interés de los sevillanos por las actividades que ofrece. Se cuenta con casi un 25% menos de financiación que en 2011 por lo que se ha tenido que reducir la oferta, el espacio denominado la pérgola es el único que acoge los encuentros con editores y escritores; y hay 59 casetas instaladas, cinco menos que el año pasado. Unos datos que, a priori, pueden suponer un horizonte negativo, aunque desde la organización del evento destacan que pese a que haya recortes, el éxito y sentido de la Feria del Libro se mantienen. Tal es así, que se espera que se den las mismas cifras de participación que en la anterior edición, donde alrededor de 30.000 personas asistieron a los cerca de 300 actos programados desde la dirección del evento.
Javier López, responsable de la Feria, destaca que «las perspectivas son buenas porque el sector del libro mantiene sus ventas pese a la actual situación económica». Esta aseveración se corrobora con el crecimiento de las visitas al evento en la última década, un aumento que la Asociación Feria del Libro estima en un 40% entre los años 2002 y 2008, cuando se estabilizan las visitas.
Cada lector tiene unos gustos y unas tendencias y eso lo saben bien tanto los editores como los libreros, que intentan que en cada caseta no se repita ninguno de los títulos que hay en la anterior. Para López, ésta es una de las claves del éxito, puesto que «todo el mundo puede encontrar lo que está buscando, ya que hay una importante especialización». Junto a esto, señala que esta edición se ha acompañado de un importante trabajo en las redes sociales, que han supuesto una plataforma alternativa de cara a la promoción habitual debido a los recortes en el presupuesto.
La gran fiesta de los lectores, editores, escritores y libreros tiene un plus añadido que hace de ella algo más que una cita para comprar las últimas novedades en el catálogo. El encuentro con los autores, desde hace unos años, hace que cada jornada sea la Plaza Nueva un lugar de reflexión y de intercambio de ideas del que escribe y del que lee. En algunos casos, estos encuentros han sido multitudinarios, como los celebrados en la pasada edición con María Dueñas y Federico Moccia. Este año está previsto que participen Juan Eslava Galán, Almudena Grandes, Luis Alberto de Cuenca, Luis García Montero, Manuel Vicent y María Iglesias, entre otros. Pese a ello, López pone los pies en la tierra y reconoce las dificultades que atraviesa el sector del libro. «Estamos ante una situación compleja que desde hace unos años ha obligado a los libreros a cambiar el modelo de distribución porque se han modificado en gran medida los cauces de compra». La solución vuelve a llegar de la misma manera que se hace en la Feria. «Apostando por la sectorialización. En un paseo por las casetas se encuentran libros de viajes, cocina, infantiles, jardinería», comenta López.
Otro acicate más para acercarse es la aventura que supone conocer el mundo del periodista y escritor Manuel Chaves Nogales, a quien se le ha dedicado esta edición. Personaje clave para entender la cultura sevillana, al que el exilio, la guerra y el olvido del franquismo enterraron hasta hace apenas unos años.
Lo más importante sigue siendo el ejercicio de leer. Motivar a sentarse y leer un libro «es una acción a la que no se puede obligar a nadie, pero no sabe lo que se pierden quienes no leen. Si lo supieran seguro que leería mucha más gente de la que lo hace hoy», concluye López.
Reducción de los costes, pero no del contenido literario
En muchos aspectos, el éxito de la Feria del Libro ha sido la intensa relación que existe entre los lectores y los escritores que participan en los eventos. Cada jornada, es habitual ver los distintos espacios destinados a encuentros repletos de un público deseoso de charlar un rato con sus autores preferidos. Además, hay que añadir el éxito de los ciclos literarios, como el dedicado a la bohemia, en el que Mauricio Wiesenthal fue la estrella en 2011. Esta realidad palpable no entiende de recortes ni de reducciones presupuestarias. Una prueba de ello es la Medalla de Oro de la Ciudad que ha recibido este encuentro como reconocimiento a su labor didáctica.
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