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Sebastián sobre Repsol: «Dejen en paz» al Gobierno

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, volvió a entrar ayer en la controversia del pacto Sacyr-Pemex. Lo hizo al pedir a las partes enfrentadas que le «mantengan al margen», que «dejen en paz» al Gobierno en esta pugna. Su postura, aseveró, es «neutral», e incidió: «Pido a los protagonistas que utilicen sus herramientas para atacar al otro, porque el Gobierno no interviene en este tipo de participaciones».

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Esta apelación a la neutralidad causa sorpresa en medios económicos, teniendo en cuenta cuál fue la reacción inicial de apoyo y que es una operación muy importante en una empresa y en un sector estratégico para España. El Ejecutivo ya tomó partido cuando, el pasado 29 de agosto, Pemex y Sacyr hicieron alarde de una alianza con la que ganaban terreno en Repsol. El acuerdo, que se traducía en una estrategia común, en la unión de sus derechos de voto, fue para el Gobierno digno de «bienvenida, dentro de la legalidad», siempre y cuando quedara garantizada la «españolidad» de la compañía. Fue por lo que, nada más conocerse el pacto, el mismo Miguel Sebastián sentó en una mesa al presidente de Sacyr Vallehermoso, Luis del Rivero, y al director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Juan José Suárez, para conocer el detalle de sus planes.

Aún así, poco tardó Sebastián en aclarar que el Gobierno «no opina ni interviene». A pesar de ello, cabe recordar que Sebastián es titular del Ministerio de Industria, y alguna opinión debería de tener como seguro tendrían sus homólogos de la UE si una operación de esta importancia se produjera en sus respectivos países. Por si restaba alguna duda, Sebastián quiso señalar que se trata de una operación «estrictamente empresarial» y que «su margen de actuación» para evitar operaciones de este calibre es «prácticamente nulo». No obstante, y aunque negó tener amistad «con ningún presidente», se mostró «dispuesto» a reunirse con «quien me lo pida».

También Gas Natural movió ficha en la partida de ayer. Envió un escrito a la Comisión Nacional de Energía (CNE) en el que solicitó personarse como parte interesada, en caso de que el regulador energético acepte analizar el pacto Sacyr-Pemex, tal y como reclamó Repsol el lunes mediante un escrito formal.

La marea también ha llegado a la Asociación de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (AEMEC), que ahora reclama explicaciones. Pidió ayer a la CNMV que investigue si Pemex contó con información privilegiada en la última compra que ha efectuado (de un 4,6%). Además, insta a Pemex a que aclare si antes del acuerdo «ya había adquirido su posición mediante derivados u otros instrumentos financieros, como parece indicar su celeridad en obtener el 4,6%» de la petrolera española.