Silencio por Iñaki Zaragüeta

Dimite Rodrigo Rato, nombran a José Ignacio Goirigolzarri, se anuncia un terremoto financiero, intervienen Bankia, afecta a Bancaja, sólo hay un valenciano en la estructura ejecutiva de la entidad, nada menos que vicepresidente, que durante la jornada de ayer se refugió en el silencio, a pesar que su extraordinariamente remunerado cargo se lo debe a la participación valenciana de Bancaja en Bankia. O quizás estaba a la espera de lo que, a la hora de escribir estas líneas, e comunicó, su designación en el Consejo de Administración de Iberdrola, con el valor añadido de una suculenta soldada. Dan la impresión de olvidar que fue nombrado por el presidente de la Generalitat valenciana, «oída, eso sí, la opinión del lobby empresarial y su oráculo».

Lo cierto es que Rato ha dejado amarga memoria para los intereses valencianos. Logró ensuciar el nombre de Bancaja. No es que estuviera inmaculado, pero con su maniobra ocultó la gran basura de Cajamadrid. No hizo nada para salvar el Banco de Valencia cuando estuvo en su mano. Gozó de la actitud silente de nuestra clase empresarial y política. Somos así.

Se lleva un finiquito excepcional cuando debería percibir, como sociedad en pérdidas, 20 días por año, un mes de sueldo. Así es la vida