Noruega
La religión de un genocida
La matanza en Noruega ha sobrecogido al mundo. La dimensión, sangre fría y desprecio por la vida es todavía más impactante por las características de la tranquila Noruega y su proximidad. Un crimen de estas características no es algo característico de uno u otro país. Nada tiene que ver con el nivel de vida o la cultura de una sociedad. La Alemania nazi era uno de los países más cultos de su época y provocó uno de los mayores genocidios de la Historia contra los judíos, los homosexuales y los disminuidos psíquicos y físicos. Los criminales, como el noruego Breivik, no tienen religión o ideología. Un genocida es sólo un degenerado sin principios o ideales. Por ello, asumir que tenía alguna religión es un despropósito. No importa si un criminal se denomina de izquierdas o de derechas, porque no es más que un asesino. No importa que se considere cristiano, porque no lo es. No hay diferencias entre los dictadores, porque sólo son asesinos sin escrúpulos. Es un error creer que los actos de Breivik o cualquier genocida obedecen a algo más que al placer de matar.
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