Cataluña

Tarjetas sanitarias que complican las vacaciones

La incompatibilidad de los sistemas informáticos de las autonomías dificulta la atención médica en el lugar de descanso

Tarjetas sanitarias que complican las vacaciones
Tarjetas sanitarias que complican las vacacioneslarazon

Madrid- Un verano más, los españoles que requieran atención médica durante sus vacaciones estivales se enfrentan al entramado burocrático-regional que marca el devenir de este país. Aunque es un problema al que el Ministerio de Sanidad puede poner solución en un futuro cercano –a eso se ha comprometido con las comunidades autónomas– este verano una simple otitis le puede suponer esperas o peregrinajes entre centros de salud. En el reino de taifas en que se convirtió España tras las transferencias sanitarias del Estado hacia las autonomías, éstas apostaron por sistemas informáticos e identificadores de pacientes propios. Pero, ¿qué pasa cuando uno debe ser atendido en otra región mientras pasa sus vacaciones? La situación es dispar, puede que le atiendan con su tarjeta habitual, puede que le hagan algún documento temporal –tarjeta de desplazado–, que deba acudir a un Servicio de Urgencias aunque su problema no requiera atención urgente o que no encuentre ningún obstáculo en el camino. Pero lo que es seguro es que el médico o enfermera no podrá acceder al historial médico del enfermo. Sabrá, por ejemplo, si éste es alérgico a la penicilina sólo si el paciente así lo manifiesta.

«La tarjeta sanitaria no guarda información en su interior, es sólo un justificante y este mismo año ya se han dado conflictos de regiones que no querían atender a los habitantes de zonas limítrofes como La Rioja y País Vasco. A veces, cuando te desplazas a otra comunidad y tienes un problema médico te dan de alta, pero incluso esa tarjeta de desplazado en algunas regiones también es precisa si pasas de un área sanitaria a otra», explica Salvador Tranche, secretario de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc).

En zonas que acogen un gran volumen de turistas, por ejemplo la Comunidad Valenciana, su población de más de cinco millones de habitantes aumenta un 4,2 en verano, aunque no está cuantificado a cuántas personas atienden de otras regiones.

En algunas zonas de gran afluencia de visitantes existe un documento que sirve de tarjeta temporal si el paciente va a pasar algunas semanas en la comunidad o visitar al médico o enfermera en más de una ocasión.

En Andalucía o Cataluña, por citar otros destinos estivales, puede acudir a cualquier centro de salud, según aseguran la consejerías de Sanidad correspondientes, pero al profesional sanitario tampoco le consta –más allá de la palabra del afectado– qué tratamientos toma, a qué pruebas diagnósticas se ha sometido en el pasado u otros datos de interés a la hora de tomar cualquier decisión clínica.

«No tiene sentido que todavía no exista una tarjeta única e informatizada. Cualquiera puede ir a un hospital, someterse a una prueba, y si no le gusta el diagnóstico ir a otro centro a consultar de nuevo. Lo ideal sería contar con una tarjeta provista de un chip, que dé acceso o contenga toda la información del paciente independientemente de su región de origen o en la que se encuentre actualmente. El sistema actual favorece también las bolsas de ineficiencia en la Sanidad española», afirma Carlos Amaya, vicepresidente de la Federación Europea de Médicos Asalariados.

Tranche recalca el matiz «caricaturesco» que tiene el hecho de diseñar 11 o 12 sistemas informáticos incompatibles entre sí. Ni siquiera hay que pensar en las vacaciones, imaginemos a un estudiante que se instala en una ciudad y solicita la tarjeta de desplazado para que le atiendan, pero vuelve los fines de semana o por temporadas a su lugar de residencia. Este chico o chica tiene, por así decirlo, una doble asistencia sanitaria y puede ir indistintamente a su médico de origen o al de la ciudad de residencia temporal sin que nadie se dé cuenta. O hacer lo mismo con más médicos de otras regiones».

Por fortuna, gracias a la conjunción de la crisis, la uniformidad política en casi todo el Estado y el propio sentido común, es posible que la tarjeta única deje de ser una utopía. Ya hay acuerdo para unificar tarjetas e historiales médicos por el bien del paciente.

Según confirman fuentes del Ministerio de Sanidad, la fórmula elegida no es tan avanzada como el mencionado chip, sino que en cada tarjeta figurará un código alfanumérico que identificará al paciente en todo el territorio nacional. Las nuevas tarjetas que se entregan al caducar la actual, ya deben contar con esta nomenclatura y, según el Ministerio, será a finales de este año cuando se empiecen a hacer patentes los beneficios de un sistema más coordinado. El usuario poco notará desde el punto de vista estético que su tarjeta es parte de una red nacional, pues el real decreto que regula este proceso estipula que cada comunidad podrá mantener «la identidad institucional de la Administración que emite la tarjeta».