Crítica de libros
Laura Fernández: «No hay superhéroes sólo zombies»
Con firma propia - Profesión: periodista y escritora. Nació: en 1981, en Tarrasa. Por qué está aquí: por su novela «Wendolin Kramer, una historia de superhéroes, supervillanos y un chucho deprimido» (Seix Barral)
–¿Es una superchica?
–Sí. Puedo con todo: escribo novelas, hago entrevistas, leo cinco libros a la semana y estoy con mi hijo de dos años. Sé estirar el tiempo.
–¿Qué superhéroe le gustaría ser?
–Superman. Es marciano, y no hay nada como ser de otro planeta. Aquí la gente tiende a ser mala.
–Dicen que es más divertido ser supervillano que superhéroe...
–Es más divertido y además en la Tierra ya sólo se puede ser supervillano.
–La protagonista de su novela, Wendoline Kramer, vive la vida como si fuera un cómic. Hay quien cree que Zapatero hace lo mismo...
–Zapatero vive en un cómic en el que todo le sale mal.
–No sé si alguna ministra le parece una superchica...
–González-Sinde me parece una supervillana.
–¿Algún ministro digno de figurar en un cómic?
–Pepe Blanco me recuerda al Don Pingüino de Batman.
–Parece una mujer audaz. ¿Qué miedo encubre su audacia?
–El miedo a la soledad.
–Dice que ha escrito una novela de superhéroes porque es una especie en extinción. ¿Por qué se extinguen?
–Son demasiado ingenuos. La verdad es que ya nadie salva a nadie. Vivimos tiempos de cobardes. No hay generosidad.
–Triunfan los zombis, que según usted representan a la comunidad enferma. ¿Estamos muy malitos?
–Sí, muy malitos: sólo queremos una tele más grande, un coche más grande, una casa más grande... La felicidad es pasear por la playa.
–¿Y qué me dice de los vampiros? También están de moda.
–El vampiro es el superhéroe muerto; nos anima a creer en la otra vida.
–Su novela parece reflejar la inmadurez del ser humano...
–La sociedad nos anima a seguir siendo niños; al sistema le interesa porque así puede vendernos más cosas, no le interesa que seamos maduros.
–Le gusta la cultura del ídolo. Un ídolo, hoy, es Belén Esteban...
–No es una superchica, es una supervillana. Se ríe del saber y presume de ignorancia, como la mayoría.
–Usted se ríe de todos los géneros y los mezcla; dice que los españoles nos lo tomamos todo demasiado en serio...
–Somos muy trágicos y quejicas. Eran más divertidos en el Siglo de Oro.
–Y eso que nadie les decía: «No sabéis cómo se disfruta en la democracia» (Zapatero).
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