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Ofensiva de Gadafi contra Misrata mientras los rebeldes siguen avanzando hacia el oeste

El Ejército de Gadafi ha lanzado una fuerta ofensiva sobre el enclave de Misrata, único rebelde en la zona oeste del país, para tratar de contrarrestar las pérdidas de Ajdabiya, Ben Yauad y Ras Lanuf.

Los rebeldes libios celebran sus últimas conquistas
Los rebeldes libios celebran sus últimas conquistaslarazon

Las fuerzas leales al líder libio, Muamar Gadafi, han iniciado una ofensiva contra la ciudad de Misrata, la única del oeste del país controlada por los rebeldes. El Ejército del régimen estaría empleando carros de combate, morteros y armas ligeras en el ataque, han asegurado fuentes de los rebeldes.

"Misrata está siendo atacada. La ciudad y la zona del puerto, en la que hay miles de trabajdores. No sabemos si es artillería o morteros", ha señalado el residente en Misrata, Saadoun, en declaraciones telefónicas a Reuters.

Las fuerzas de Gadafi interrumpieron los bombardeos en Misrata nada más comenzar a volar los aviones de la coalición internacional, a última hora de la tarde del sábado. 

Avance rebelde
Según Al Arabiya, los milicianos han alcanzado ya el punto más al oeste donde fueron repelidos y mantuvieron los combates más encarnizados con las tropas gadafistas entre el 6 y el 8 de marzo, cuando emprendieron su contraofensiva que les llevó hasta las inmediaciones de la capital rebelde de Bengasi, hace ocho días.

Un corresponsal de Al Yazira señaló que en Ras Lanuf y Ben Yauad apenas hubo resistencia y se encontraban casi desiertas las dos localidades, aunque en Ben Yauad si advirtieron el repliegue de los gadafistas a Sirte y unos 40 mercenarios chadianos y malienses fueron capturados.

Las brigadas gadafistas, que fueron duramente castigadas la pasada noche por la aviación de la coalición internacional especialmente en esa línea costera, han abandonado todas sus posiciones y se han replegado a Sirte, a unos 450 kilómetros al este de Trípoli.

En esa ciudad, donde el coronel Muamar al Gadafi acostumbraba a recibir y agasajar a sus huéspedes preferidos y considerado uno de sus principales feudos tribales, puede decantarse la suerte de su régimen de más de 41 años.

Sede de algunos departamentos ministeriales, con un majestuoso centro de convenciones donde Gadafi celebraba sus devaneos como líder regional panárabe con aspiraciones continentales, aloja también importantes depósitos de armamento.

La moral de resistencia de sus moradores puede resultar puesta a prueba ahora si los milicianos, que han recobrado el espíritu de victoria con el apoyo aéreo internacional, mantienen la iniciativa militar.

Este puerto mediterráneo está considerado uno de los escenarios claves para la supervivencia del régimen gadafista. 

Orden entre los rebeldes
Paralelamente, las autoridades revolucionarias negaron ayer que los bombardeos aliados estén causando víctimas civiles, tal y como sostiene el régimen, y han admitido además que existe «una línea de comunicación» entre las fuerzas internacionales y el Consejo Militar, órgano de los rebeldes encargado de supervisar los asuntos de la guerra, a pesar de que éste no ha conseguido todavía hacerse con liderazgo de la misma.

Los que luchan son los miles de voluntarios que, cada vez más, admiten que necesitan una mejor organización. El portavoz de las fuerzas armadas desertoras del este de Libia, Ahmed Beny, ha anunciado que crearán un nuevo Ejército, en cuya jefatura estará Jalifa Hifter, un ex general de los cuerpos de élite de Gadafi, que participó en la guerra de Chad y es conocido por su experiencia y eficacia.

Las autoridades esperan que Hifter pueda poner orden en las filas rebeldes, donde la espontaneidad e inexperiencia ha dado lugar a muchos errores tácticos, así como a muchas víctimas. Después de rechazar el mando de los militares desertores, que son una minoría en el frente, los rebeldes están dispuestos a aceptar a Hiftar, del que dicen que puede ser un buen líder y que tiene mucha experiencia, además de que conoce a las fuerzas de Gadafi desde dentro. Este nuevo paso podría fortalecer a los rebeldes, que además estarían negociando ya la obtención de armamento con varios países extranjeros.