Bruselas

Berlusconi prolonga su agonía con un tibio plan de ajustes

La Liga Norte dice que no hay acuerdo sobre la edad de jubilación, pero una parte del Gobierno asegura que sí. La política italiana vive uno de esos momentos críticos para los que parece haber nacido. El país que ha tenido de media un Ejecutivo nuevo cada año desde que terminó la Segunda Guerra Mundial vuelve a darse de bruces con la esencia de su propia realidad, la ingobernabilidad 

Silvio Berlusconi, hoy, en el Parlamento italiano
Silvio Berlusconi, hoy, en el Parlamento italianolarazon

ROMA- Aunque se ha escrito mil veces que Silvio Berlusconi se tambaleaba en el poder, ahora parece ser la definitiva. Donde la oposición, los procesos judiciales y los escándalos sexuales no han tenido éxito, la negociación sobre el aumento de la edad de jubilación exigida por Bruselas puede ser el escollo insalvable que termine provocando la caída del «Il Cavaliere».

Esperpento político
Tras un día de continuas negociaciones, el Ejecutivo alcanzó ayer un acuerdo para una nueva reforma que a todas luces se antoja insuficiente. Aunque no se hizo público el contenido del nuevo paquete de medidas, las declaraciones de Umberto Bossi, líder de la Liga Norte, principal aliado de «Il Cavaliere» en el Gobierno, hacen pensar que no se llegó a un acuerdo para ampliar hasta los 67 años la edad de jubilación. Para añadir aún más incertidumbre, la ministra de Educación, Mariastella Gelmini, aseguró que la Liga sí había cedido finalmente en este punto. Habrá que esperar pues a que el premier presente hoy en Bruselas las reformas para saber con certeza cuáles son.

En cualquier caso, la posición de Bossi sugiere que el Ejecutivo es consciente de que será difícil que los socios europeos acepten estas medidas, aunque se espera que rebajen sus peticiones iniciales y las acepten. Con esta maniobra, el primer ministro gana algo de tiempo y pospone la previsible defunción de su Gobierno.

La situación se torció para el primer ministro en la cumbre europea del pasado domingo, en la que sus socios le exigieron un nuevo plan de ajuste. Los dos paquetes de recortes aprobados en los últimos meses no bastaban. Hacía falta un golpe de timón que permitiese a la economía del país retomar el paso al tiempo que se granjeaba la confianza en los mercados. «Il Cavaliere» no puede acudir a la cumbre de la UE de hoy, y su participación se da por segura con las manos vacías. Debe presentar una serie de reformas que demuestren el compromiso de Italia para dejar de ser el «farolillo rojo» en la lista de la credibilidad de los grandes países europeos.

La obligación dictada por Bruselas a Berlusconi, sin embargo, ha de superar la intrincada idiosincrasia de la política italiana. Para sacar adelante el aumento de la edad de jubilación, el mandatario necesita el apoyo de la Liga Norte, que no está dispuesta a ceder. Su líder, Umberto Bossi, repitió ayer que no aceptará esta reforma, diseñada en su opinión «para darle gusto a los alemanes». «Esta vez la situación es muy peligrosa, el acuerdo sobre las pensiones es muy difícil. El momento es dramático», subrayó. Preparando el terreno para una eventual caída del Ejecutivo, que será una realidad si la UE rechaza las nuevas reformas y la Liga sigue en contra de más recortes, Bossi echó la culpa a Bruselas. «Europa quiere que Berlusconi dé un paso atrás. Están dando un golpe contra él», dijo.

La gravedad de la situación propició la intervención del presidente de la República, Giorgio Napolitano. El jefe del Estado pidió al Gobierno que haga «más creíble» el compromiso del país por relanzar la economía y disminuir la deuda pública, cuyo elevadísimo nivel (120% del PIB) supone el gran lastre. También instó al Ejecutivo a que «defina» las reformas y se refirió a la posibilidad de que Bruselas intervenga en el Gobierno italiano si no es capaz de sacar adelante el nuevo plan de ajuste.

Una posible salida a la crisis de Gobierno podría venir con la dimisión de «Il Cavaliere» y la formación de un nuevo Ejecutivo de carácter técnico guiado por una persona respetada tanto en la derecha como en la izquierda.

A las malas noticias llegadas desde Roma se unió ayer la suspensión de la reunión de los ministros de Finanzas de la Unión Europea, que estaba prevista para antes de las cumbres del Consejo Europeo y de la eurozona, que no sufren ninguna alteración.

 

Reforma legal contra su ex mujer
El borrador de las medidas que Berlusconi presentará ante la UE incluye la posibilidad de una modificación del código civil que beneficiaría a «Il Cavaliere». El líder italiano pretende cambiar la ley de sucesión testamentaria para perjudicar a su segunda esposa, Veronica Lario, y a los tres hijos que tuvo con ella, en beneficio de los dos retoños que nacieron de su primer matrimonio, Marina y Pierluigi.

 

Sarkozy: «Nadie quiere estar en el lugar de España»
Apenas dos días ha durado el apoyo del presidente francés a España. El pasado domingo, en un momento crítico como la cumbre de líderes de la UE, Nicolas Sarkozy echaba un capote a Zapatero asegurando que nuestro país «ya no está en la primera línea de la crisis». Precisó incluso que eso se debe a los «enormes esfuerzos del Gobierno de Rodríguez Zapatero, y al sentido de la responsabilidad del jefe de la oposición, Mariano Rajoy». Ayer, su discurso cambió radicalmente. El presidente galo se desmarcó asegurando que España ha sido un país considerado como un «milagro», pero que ahora nadie querría estar en su situación. «Durante décadas, se ha admitido que algunos pudieran vivir al margen de las reglas del sentido común, y los países que no se han despertado a tiempo son los que ahora no pueden afrontar la situación», comentó Sarkozy en el discurso que pronunció en Carcasona (sur de Francia). «Mirad cómo cambian las cosas de rápido –añadió–. Se hablaba de España como de un milagro hace dos o tres años. Se hablaba de Irlanda como de un Eldorado. ¿Quién querría ahora estar en esa situación?». El presidente francés insistió en que «un país que no hace el esfuerzo para controlar sus gastos es un país que ha dejado de ser independiente».