África

El Cairo

Tahrir como Tiananmen

El corazón de El Cairo, la plaza de Tahrir, que en árabe significa Independencia o Liberación, está tomada por los carros de combate del Ejército egipcio, que ha desplegado varios batallones a la entrada de la misma, y otras unidades en la misión de salvaguarda del edificio del Museo Egipcio.

Cientos de manifestantes en una de las protestas de El Cairo
Cientos de manifestantes en una de las protestas de El Cairolarazon

Pero no han impedido que miles de manifestantes, entre los que se encontraba el opositor El Baradei arengando a la multitud, la hayan ocupado al mediodía y que muchos de ellos hayan decidido pasar allí la noche, con tiendas de campaña o la intemperie. Aseguran que no se moverán hasta que Mubarak caiga. Para ello se han hecho con provisiones de comida y, sobre todo, agua, mantas y mucha esperanza. El ambiente es festivo, los militares conviven con los manifestantes sin tensiones, aunque nadie sabe si el Ejército se prepara para dar el asalto final.

Los cazas de la Fuerza Aérea sobrevolaron en la tarde de ayer el centro de la capital, volando en círculos en un mensaje que nadie es capaz de descifrar: ¿es un aviso a la multitud para que se retire y abandone sus reivindicaciones?

Aunque hasta ahora el comportamiento de los soldados es de tolerancia con los vecinos y de contención, nadie puede asegurar que Tahrir pudiera convertirse en una Tiananmen y que, como ocurrió en Pekín, sean desalojados a sangre y fuego.
No en vano, el Gobierno chino ha vetado la palabra «Egipto» en internet.


Occidente pide una salida electoral a la crisis
- La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, instó ayer a las autoridades egipcias a iniciar una transición hacia «una democracia real». El Departamento de Estado autorizó además la salida «voluntaria» del personal de su Embajada en El Cairo no necesario en caso de emergencia.
- La Unión Europea ha pedido que las promesas de cambio del presidente Hosni Mubarak se traduzcan en «reformas concretas». Hoy los ministros de Exteriores de la Unión se reúnen para analizar las consecuencias de las revueltas de Túnez y Egipto.
- El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó «cambios pacíficos».
- Israel aseguró que la prioridad es mantener los vínculos con Egipto.