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Las excavadoras vuelven al Gallinero
La Policía desalojó ayer cinco infraviviendas del poblado chabolista sin incidentes. Los dueños de los terrenos habían denunciado su ocupación
MADRID- Están acostumbrados a ver por allí a la Policía y la Guardia Civil, por eso, en cuanto se dieron cuenta del despliegue policial que se estaba preparando en torno al poblado (hasta 16 furgones policiales, un helicóptero y policías a caballo), pensaron que se trataba de lo mismo de siempre: redada por el robo de cable de cobre, a lo que se dedican muchas de las alrededor de 100 familias que allí viven desde 2007. Pero esta vez no era eso, la Policía no iba a llevarse a nadie detenido. Los agentes de la Policía Nacional de Villa de Vallecas acataban mandamientos judiciales remitidos desde los juzgados número 16, 36 y 47 de Madrid, que ordenaban el desalojo de cinco infraviviendas del poblado de El Gallinero, tras una denuncia de la Junta de Compensación de Valdecarros, propietarios de los terrenos. Según Paco Pascual, voluntario de la parroquia Santo Domingo de la Calzada, los agentes «por lo menos esperaron a que los niños estuvieran en el colegio». Así, sobre las 9:30 horas comenzó la operación. Fueron nueve las familias afectadas porque en una de las chabolas vivían cuatro familias. Patricia Fernández, abogada de la parroquia que vela por el cumplimiento de los derechos de estas familias de origen gitano-rumano, denuncia que los agentes no les enseñaron el auto de la primera infravivienda y la excavadora municipal lo tiró todo abajo sin permitirles recoger sus pertenencias. «Recurriremos las órdenes de desalojo por vulneración de derechos humanos y porque se han producido sin dar audiencia a los interesados», aseguró. Y es que afirman que nadie había notificado a las familias ni a ninguno de los organismos que les ayudan que iban a ser desalojadas.
Pero en el problema social que supone tirar abajo chabolas habitadas, no tienen nada que ver ni policías ni jueces. «No se dan cuenta de que aquí viven familias con niños. Una de las desalojadas acababa de dar a luz hace menos de un mes», replica el voluntario. Además, señala que los escombros son peligrosos para los cerca de 350 niños que viven en este asentamiento ilegal de Villa de Vallecas situado a la altura del kilómetro 14 de la A-3, muy cerca de la Cañada Real. Precisamente por la cercanía con la vía pecuaria, el Ayuntamiento de Madrid solicitó a la Comunidad que incluyera este asentamiento en los planes para desafectar la Cañada, pero El Gallinero no pertenece a la vía.
Sólo una familia acepta ayuda
El Ayuntamiento de Madrid proporcionó ayer los servicios del Samur Social a los desalojados del poblado, pero la mayoría de las familias prefirió quedarse en chabolas de familiares de El Gallinero. Sólo una de ellas –dos adultos y tres menores–aceptó la ayuda. Estarán una semana en el centro de realojamiento en clave de emergencia y luego los derivarán a Atención Primaria de servicios sociales del Ayuntamiento.
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