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Estreno

Un Perry Mason con acné

John Grisham es el más reputado escritor de novela policiaca de «intriga judicial». Su virtud como novelista que domina la trama, la acción y el suspense es la de crear un mundo ficticio tan acabado literariamente que es ya, en sí mismo, la película que será.

Grisham enseña a respetar la ley
Grisham enseña a respetar la leylarazon

A sabiendas de que el cine mejora los «thrillers» de acción mediante la espectacularidad y el carisma de las estrellas. La novela que sentó las bases de la intriga judicial fue «Testigo de cargo» (1948), de Agatha Christie, gracias al éxito cinematográfic0 de Billy Wilder, aunque Alfred Hitchcock ya había recurrido al género con brillantez en «El proceso Paradine» (1947). Influido por las versiones radiofónicas y cinematográficas de las novelas de Erle Stanley Gardner, quizá el más popular escritor de «pulp fiction», creador de la moderna novela de ficción judicial con el abogado detective Perry Mason.

Dosis de suspense
Coincidiendo con «Testigo de cargo» (1957) se estrenó la serie televisiva de Perry Mason, cuya popularidad no ha sido superada por John Grisham, renovador del género al encuadrarlo en el «thriller» de acción y la denuncia social de las tramas políticas, los bufetes oscuros y abogados incursos en complots gubernamentales. La fama de John Grisham se debe a su calidad como narrador y a su forma de manejar con pericia inquietantes tramas con grandes dosis de suspense, razón por la cual se ha convertido en el autor de novela policiaca más vendido de la historia.

Sólo de «El informe Pelícano» se despachó 11 millones de ejemplares y lleva 250 millones de copias vendidas. Saturado el mercado, Grisham ha comenzado una saga para niños protagonizada por un detective abogado llamado Theodore Boone, un joven de trece años, apasionado de la abogacía, entusiasta del Derecho penal y fan de Perry Mason. A su edad es un experto jurista que aconseja a sus compañeros de instituto. La celebración de un juicio de asesinato lo colocará en el epicentro del caso. Parafraseando los títulos de Perry Mason, podría titularse «El caso del testigo sorpresa». Esta novela, de tono menor, es un prodigio de narración detectivesca.

Los personajes están dibujados con eficacia, la intriga se articula con precisión, la trama avanza con naturalidad y el suspense tensiona el relato de forma magistral. El protagonista es el niño que, fascinado con el sistema judicial norteamericano, la aplicación de la justicia y el triunfo de la verdad, sirve de modelo a los lectores infantiles para identificarse y aprender a respetar la Ley, clave de bóveda sobre la que descansa la democracia en las sociedades abiertas.

Sobre el autor: John Grisham es, sin duda, un maestro de la novela policiaca de intriga judicial. Ideal para...: padres que priman la responsabilidad y el amor a la justicia. Un defecto: Cierta simplicidad en la trama, quizá pensando en el público al que va dirigido. Una virtud: La naturalidad del autor para narrar una historia policiaca y su precisión literaria. Puntuación 8