Novela

Las dos Españas

La Razón
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Esta semana las revistas de los miércoles ponen sobre el tapete las auténticas imágenes de las dos Españas. En «¡Hola!», Nati Abascal enseña su casa; en «Lecturas», Belén Esteban muestra su nuevo hogar. La verdad es que lo primero que hay que dejar claro es que estas dos Españas, estas dos caras de una misma moneda, ofrecen unas casas perfectamente decoradas, en el sentido de que responden perfectamente a la personalidad de Nati y de la Esteban. Esta última deja claro que se siente auténticamente princesa del pueblo. Por eso, no ha ahorrado a una pared de su casa colgarle un gran cuadro donde aparece el escudo de armas de los Álvarez y los Esteban. La princesa dice que su marido sólo escogió las lámparas de tan fascinante mansión y que del resto se ha ocupado ella, que tiene muy buen criterio para los espacios. A destacar, el toque oriental tan de moda en las actuales decoraciones. Las figuras de las geishas, de las concubinas chinas y de los budas que aparecen por las vitrinas, según Carlos Latre no es que sean del todo a cien, es que las ha conseguido con los puntos que te dan en algunos restaurantes chinos. También hacer notar una especie de mural hecho a punto de cruz con la leyenda gloriosa de «Arriba la Esteban». Detalle íntimo, platito de cerámica de cruceros marítimos con fotografía de la pareja al fondo. El remate es el estilismo de Belén, que parece que acaba de ser nombrada Miss Alpedrete, con diadema falsa como Judas rematando el moño. En cuanto a Nati, su casa es como ella: elegante, sofisticada, acogedora y con algún detalle kitsch indispensable para que todo resulte armonioso. Por cierto, con photoshop o sin él, no se puede estar más guapa como en portada o interior. Una perla de Nati: «No soy envidiosa, si lo fuese me hubiese muerto en las grandes mansiones, los grandes barcos y los fastuosos aviones de mis amigos».