Asia

Barcelona

Sacrificios chinos para ver al Barça B

Lu Chen (25 años) y Xu Yanqing (20) han recorrido 2.000 kilómetros, han gastado una semana de vacaciones y han fundido sus ahorros para ver un partido amistoso en el que jugarán poco más que los suplentes.

Las dos aficionadas chinas muestran su entrada para el partido de hoy a las puertas del estadio olímpico de Pekín
Las dos aficionadas chinas muestran su entrada para el partido de hoy a las puertas del estadio olímpico de Pekínlarazon

Embutidas en camisetas del Barcelona (una de ellas con el dorsal de Xavi) esperan bajo el sol de agosto. Pretenden sacar una foto a través del cristal del autobús en el que los jugadores acuden a entrenar. «ElReal Madrid muy mal, muy mal. El Barça es mi equipo desde hace siete años», recrimina Chen, que trabaja en una multinacional en la sureña ciudad de Shenzhen a 2.000 kilómetros de Pekín, la misma distancia que media entre Madrid y Berlín.
Chen conoció a su amiga Yanqing en un chat de fans del Barcelona y ambas muestran con orgullo su entrada para el partido de hoy, por la que pagaron 480 yuanes (52 euros), una tercera parte del sueldo medio mensual en su país. El combinado blaugrana se enfrentará al Guoan de Pekín, el club que levantó la Superliga China el año pasado, aunque su nivel de juego es muy modesto en comparación con las ligas europeas o americanas.
Messi jugará unos minutos, pero Guardiola no ha podido traer a los campeones del mundo, que están de vacaciones, y alineará un equipo plagado de suplentes y caras desconocidas. «No importa. Lo que me gusta del Barcelona, como de la selección española, es que saben jugar en equipo, por eso todos los jugadores son importantes para nosotros, porque son un equipo. Me gustaría que estuvieran Xavi, Iniesta o Piqué, pero ver a Messi ya es suficiente emoción», se conforma Fuling, un muchacho que ha ido siguiendo al Barça por Pekín desde que el equipo aterrizó en el aeropuerto.
Aunque las anécdotas de la incipiente hinchada china pueden sonar divertidas e ingenuas, todos los clubes grandes se las toman muy en serio y andan afilándose el colmillo en Asia. El Barcelona, que viene por quinta vez, acude para hacer caja y como inversión de futuro. El fútbol es un negocio con enormes posibilidades entre la naciente clase media de Extremo Oriente. Como suele suceder en China, el potencial de sus más de 1.300 millones de habitantes es inacabable. Según la FIFA, se trata del país en el que más personas vieron la Copa del Mundo. A pesar de que su selección no participó, unos 55 millones de personas siguieron de media cada partido por televisión, el doble que hace cuatro años. Según otro informe de China Bussines Journal, un94 por ciento estaba al tanto de los resultados y el 45,9 (algo así como 550 millones de chinos) se tragaron todos los partidos de la fase final del Mundial, sin importarles los horarios intempestivos. Sin ir mas lejos, el glorioso gol de Iniesta en la final contra Holanda se vio en Pekín a las cinco y pico de la madrugada.


A Dani Alves se lo lleva Brasil
Dani Alves se quejaba el viernes por la convocatoria de Del Bosque, que ha llamado a siete internacionales españoles del Barcelona para enfrentarse a México el próximo miércoles. Pero él también abandona a su equipo por la llamada del nuevo seleccionador brasileño. Menezes se lo lleva para un amistoso que disputará el próximo martes. Una decepción más para los aficionados chinos, que sí podrán disfrutar de uno de sus favoritos, Messi. Muchos aficionados se presentaron ayer a los entrenamientos con la camiseta de Argentina. A los chinos no les importa que el equipo de Maradona no pasara de cuartos y uno de cada tres aficionados al fútbol internacional se decantan por la albiceleste. En el corazón de los chinos, Brasil y España ocupan el segundo y tercer puesto. Xavi es seguramente el jugador más conocido de «La Roja», quizá porque su nombre se parece mucho a la palabra «shabi», uno de los insultos más comunes en mandarín, que se podría traducir como «gilipollas».