Los comicios supusieron el fin de los nueve años de dominio del partido de Saakashvili. Con 88 votos a favor y 54 en contra, Ivanishvili ha sido elegido para encabezar un Gobierno que, según ha querido aclarar el nuevo primer ministro, seguirá parte de la estela dejada por el anterior.

Así, Ivanishvili ha asegurado que el país no abandonaría la senda integradora iniciada por el anterior Ejecutivo, que ha tratado de acercarse a los grandes bloques de Occidente. Ha apostado en este sentido por una Georgia miembro de la OTAN y de la Unión Europea que también sea capaz de limar asperezas con su vecina Rusia.

"La prioridad de nuestro equipo es la aspiración de unirnos a la Unión Europea, la orientación euroatlántica y la integración en la OTAN", ha expresado el líder de Sueño Georgiano en su discurso ante los diputados, que este jueves han estrenado un Parlamento levantado en Kutaisi, la segunda mayor ciudad de la exrepública soviética.

El magnate reconvertido a político, que cuenta con una fortuna aproximada cercana a los cinco millones de euros, quiere también "comenzar un diálogo con Rusia usando mecanismos internacionales". El objetivo, ha destacado, es superar "paso a paso"una tensión que vivió su punto álgido en agosto de 2008, cuando los dos países se enfrentaron en una breve guerra a cuenta de las reivindicaciones independentistas de Osetia del Sur y Abjazia.

En materia de política interna, Ivanishvili se ha fijado como prioridades el apoyo a los pequeños y medianos empresarios y el desarrollo de la agricultura. Ha prometido rebajar el control del Estado sobre las empresas, reducir los monopolios y potenciar el reparto justo de beneficios.

El Movimiento Nacional Unido echa en falta "términos concretos y fechas"en el programa de gobierno del nuevo primer ministro, al que recriminan también su poca experiencia política. A juicio del diputado Pavle Kublashvili, "no hay respuestas a muchas preguntas que interesan a la sociedad".