Cataluña

La batasunización del PSOE

El PSOE parecerá cada vez más una falange de milicianas y milicianos fanatizados. Ése será el legado de Zapatero

La Razón
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La legalización de la ETA, que es lo que significa el permiso que el Tribunal Constitucional ha dado para que Bildu se presente a las elecciones del 22 de mayo, culmina una estrategia política de largo alcance. Empezó en 2001, cuando Rodríguez Zapatero abrió negociaciones con la ETA al mismo tiempo que negociaba el pacto antiterrorista con el gobierno del Partido Popular.

Los dos objetivos de esta estrategia han permanecido invariables a lo largo de estos diez años. El primero se deduce de la mayoría absoluta obtenida por el PP en marzo de 2000. La alianza del PSOE con la extrema izquierda nacionalista –incluidos los etarras– se encamina a impedir que el PP vuelva, no ya a obtener mayoría absoluta, sino simplemente a gobernar. El socialismo español no ha aceptado nunca que «la derecha», que siempre es «extrema derecha» o «derecha extrema», pueda alcanzar el gobierno. Sólo el PSOE es democrático y la democracia se inventó, ya en tiempos de Pericles, para que gobernaran los nietos de Pablo Iglesias. Como decía Azaña, en la República sólo caben los republicanos (de izquierdas, ni que decir tiene).

El otro objetivo de aquella alianza con la extrema izquierda nacionalista, era dar forma a una nueva España, una España que dejara atrás el concepto de nación. No hay ni ha habido un proyecto claro para esta España postnacional. Parece ser un conglomerado de centros de poder y de territorios con diversos grados de identidad propia y oligarquías que se perpetúan en el poder, legitimadas por la apelación a esas identidades de intensidad variable. También es una estrategia de riesgo extremo, como se demostró en la T4. El objetivo de la ETA no es esa España, y menos aún su propia legalización: ni siquiera legalizada tiene la ETA incentivos suficientes para abandonar la violencia.

Los resultados de esta estrategia, que se podría llamar de batasunización de España, han sido demoledores. Aun así, no ha sido un éxito. Los socialistas intentaron batasunizar Galicia y convertirla en una sociedad rota, como el País Vasco. No lo consiguieron. Tampoco salió bien el experimento en Cataluña, donde la alianza socialistas-extrema izquierda nacionalista se saldó, por razones distintas, con otro fracaso. En vista de la tendencia de la opinión pública, tampoco ha tenido éxito en el conjunto de España.

En cambio, lo que sí se ha batasunizado es el PSOE. En la alianza con los nacionalistas de extrema izquierda, éstos han acabado haciéndose con la hegemonía mientras los socialistas han hecho suyos los argumentos y la actitud de la extrema izquierda nacionalista. La sentencia del Tribunal Constitucional llevará al PSOE a confundir aún más la realidad española con aquello en lo que él mismo se ha convertido. Es una percepción errónea. El PSOE parecerá cada vez más una falange de milicianas y milicianos fanatizados, excéntricos, alucinando una realidad que les resulta ajena. Ese será el legado de Rodríguez Zapatero. Ningún partido socialista en ninguna democracia avanzada se parece a éste.