Australia

El «efecto Verdasco»: Cogidos por los pelos

Cuando ya pensábamos que el verano era el momento de descansar y abandonarse (aunque sea sólo un poco) al «dolce far niente» se nos cuela sin previo aviso la nueva imagen del tenista Fernando Verdasco: se dejó ver días atrás en Washington con la cabeza rapada y una barba incipiente. No sólo lo hizo, sino que lo exhibió orgulloso en sus páginas de las redes sociales, donde se dejaba ver con camiseta ajustada y gafas de aviador, con un gesto casi retador.

con la zurda De esta guisa apareció el tenista en el torneo de Washington
con la zurda De esta guisa apareció el tenista en el torneo de Washingtonlarazon

¿Se acuerdan del tenista de la melena rebelde, aquel con gesto dulce que fue imagen de una conocida marca de champú? «¿Qué tienen los hombres en la cabeza?», se preguntaba en voz alta mientras miraba a la cámara. Después le cogió el gustillo a las campañas publicitarias y se vistió con unos ajustados calzonzillos y se peinó una media melena para una campaña rodada en Praga para Clavin Klein, que llenó las vallas publicitarias de medio mundo. Pues ha decidido lucir la cabeza rapada, no sabemos si por una cuestión de cambio radical, un problema de calor, una cuestión estratégica o quizá estética.

Sea como fuere, las fotos de su nuevo look, publicadas en su cuenta de Twitter, han causado revuelo. Teníamos la imagen de que no era dado a excentricidades ni a cambios drásticos de imagen, aunque con su melena ha hecho y deshecho. Además, como consecuencia de raparse y dejarse la típica barba cerrada de varios días, o barba «candado» sus legiones de seguidoras quinceañeras están conmocionadas con el corte: ha pasado de tener cara de no haber roto un plato a convertirse en un chico «malote» que aparenta tener más edad y al que se le ha endurecido el gesto. ¿Será una táctica deportiva más para este hombretón de 1,87 y 81 kilos de peso? Le hemos visto lucir todo tipo de peinados: la melena tipo Nadal cuando estaba empezando, la cresta en sus últimos partidos, incluso un estilo mohicano. Quizá para el torneo International Legg Mason Tennis Classic en Australia decidió estar más fresquito para hacer frente al rigor de las Antípodas. Al final, tampoco parece que le haya servido de mucho pues tras ganar su primer partido con el nuevo look ante Marinko Matosevic, cayó en las semifinales ante Stepanek.

¿Cuestión de imagen?

Hay imágenes que se convierten en marca registrada en cuestión de días, y parece que los hombres se toman muy en serio –y los deportistas, más– la suya. Como explica a LA RAZÓN Aymar Pérez, director de la asesoría de imagen Madypro, «no siempre tenemos una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión porque nuestra comunicación principal no es verbal sino visual. De ahí que se convierta en lo más determinante de cara a la vida profesional de una persona». Ante el «caso Verdasco» explica que «más que la naturalidad debe primar la coherencia. Si la imagen no guarda correlación con lo que la persona es y con el ambiente en el que se mueve, nos impactarán los cambios que se produzcan en ella y nos parecerá artificial», asegura. Por eso hay que tener bastante cuidado cuando se adopta un cambio radical, ya sea en la manera de vestir o en la estética, según los expertos. Rubén Caballero, asesor en protocolo social, añade que «en el ámbito profesional la imagen debe transmitir confianza, seguridad. Si una persona no posee la formación, actitudes o aptitudes necesarias para adecuar su imagen deberá dominarlas para que no se perciba como una imagen estudiada sino natural».

En España siempre estamos muy atentos a los cambios de imagen de nuestros famosos. Según Ayram Pérez, desde el nacimiento de la televisión, la imagen pública ha cobrado cada vez mayor peso. «A Nixon le costó perder el primer debate televisado contra Kennedy al no prestarle suficiente atención a la imagen que proyectaba». En su página web lo dice claramente: «No importa el rival. No importa la superficie. No importa el ambiente. Yo siempre salgo a ganar».

Siempre Beckham

Uno de los pioneros de los cambios radicales de look es David Beckham. El futbolista, convertido en estrella mediática, sabe que todo el mundo está pendiente de su imagen, y no duda en cuidarla al máximo, incluso cuando pueda parecer desaliñada. Tintes, mechas, fijadores y un constante paso por la peluquería le convierten en uno de los hombres con mayor estilo.Cabello corto, con cresta o mohicano, media melena… David ha experimentado con cada uno de las tendencias sin perder nunca la estampa de caballero inglés tan propia. «En España nos preocupamos bastante de nuestra imagen en cuanto a "ir bien"e ir "aseados"y de vestir correctamente acorde con el trabajo que desempeñemos. Una imagen no es buena ni mala, sino adecuada o inadecuada», remata Caballero. Nos encontramos pues, ante un cambio: más que cultura de imagen estamos ante una «cultura de la salud».

No estamos acostumbrados, salvo casos aislados, a que una figura pública o un deportista de élite como es el caso de Verdasco nos sorprenda con arranques tan drásticos. Algunos expertos consultados han sugerido que también tiene que ver con otro aspecto de comodidad y un punto de coquetería: su afición a las gorras. El pelo rapado no le dejaría marca ni le aplastaría la melena como en otras ocasiones.

Sin embargo, un pionero en desilusionar a fans hace años fue otro Fernando Torres. El jugador de la Selección española siempre ha destacado por lucir un estilo fresco, dinámico y «cool». Al comienzo de su carrera llevó el cabello muy corto y desordenado, para luego dejarlo crecer y alisarlo en forma extrema. Ha pasado por tintes rubios extremos, castaños.

Torres ha recogido el estilo europeo post punk como también se ha atrevido a utilizar el pelo muy al estilo de secundaria norteamericana: dividido en el medio, algo más largo, con una actitud formal y tranquila