En busca de un nuevo lugar para el Desfile

MADRID- Decía recientemente el ministro de Defensa, Pedro Morenés, que lo más digno es lo más austero. Y el desfile que se celebra hoy para conmemorar la Fiesta Nacional será ambas cosas, digno, por la representación de unidades de los dos ejércitos, la Armada, la Guardia Civil y la Unidad Militar de Emergencias y austero, austerísimo. Tanto, que pasará a costar de 2,8 millones de euros a algo más de 900.000, y más de la mitad de este coste se irá en la instalación de gradas, pantallas y megafonía. El ahorro de Defensa en la parada militar se centra principalmente en todo lo que suponga un gasto de combustible. No faltará la Patrulla Águila, pero no habrá el tradicional desfile aéreo ni tampoco carros de combate, artillería autopropulsada o vehículos pesados. Las unidades a pie serán las principales protagonistas.
El problema no es sólo la crisis por la que España atraviesa y que afecta notablemente a los presupuestos de Defensa. La ubicación del desfile está en entredicho. Antiguamente, la parada militar se celebraba en la plaza de Colón de la capital, con amplios espacios y con un transcurrir de las unidades por zonas más anchas que permitían mejor visibilidad por parte del público. La reubicación de la estatua de Colón al centro de la plaza acabó con la idoneidad del lugar, así que el desfile se trasladó a los aledaños del estadio Santiago Bernabéu para pasar después a la plaza de Neptuno, la actual ocupación. Ya en 2011 la elección de esta plaza levantó críticas porque gran parte del público veía con dificultades el paso de las aeronaves y no se podían poner gradas como en otras ocasiones por la estrechez de la vía utilizada. Las aeronaves no serán problema en esta edición, pero gran parte de los implicados en el desfile reclaman un cambio de lugar para que se utilice un espacio con mejores condiciones en todos los sentidos.

Aún así, el público que asista sí podrá disfrutar de algunas peculiaridades del desfile de hoy, que congregará a 2.700 militares al mando del general jefe de la Brigada Paracaidista, Juan Gómez de Salazar. La Brigada conforma en estos momentos el grueso de las tropas desplegadas en Afganistán. El acto comenzará con el izado y homenaje a la bandera y a los que dieron su vida por España. El recorte del gasto del desfile hace que la enseña no venga de manos de un paracaidista sino que sean miembros de la Armada los que la lleven hasta el lugar a pie. El desfile comenzará con el paso de la sección de motos de la Guardia Real, con sus potentes Harley Davidson.

Poco después aparecerán los veteranos, entre los que se encuentran antiguos miembros del regimiento Alcántara 10, recientemente condecorado con la Laureada colectiva de San Fernando por el desastre de Annual, integrantes de la División Azul y militares que lucharon en Ifni y el Sáhara.

Entre el escalón motorizado y las unidades a pie sobrevolará Madrid la Patrulla Águila, dibujando la bandera de España en el cielo. Entre las agrupaciones a pie se cuentan unidades de los dos ejércitos y la Armada, la Guardia Civil y la UME. Como peculiaridad, desfilará un batallón de alumnos de la Academia General Militar de Zaragoza con uniformes de la época de 1882 a 1893, característicos por sus gorros con plumero. Pasarán ante la tribuna unidades tan habituales como los miembros de la Jefatura de Tropas de Montaña, con sus uniformes de nieve y la siempre aplaudida Legión, que precederá a los Regulares, ambas unidades con paso específico. 160 pasos por minuto los primeros, 90 los segundos. Cerrará el desfile el escuadrón de sables de la Guardia Civil.

Ausentes 8 de los 17 presidentes
Al primer 12 de octubre con Mariano Rajoy como presidente no asistirán 8 de los 17 presidentes autonómicos argumentando actos en sus respectivas autonomías. La de Artur Mas es quizá la más significativa, porque no enviará a ningún miembro de su Gobierno como sustituto en este tradicional evento, pero tampoco acudirán al acto en Madrid José Antonio Griñán (Andalucía), Pedro Sanz (La Rioja), Ignacio Diego (Cantabria), José Ramón Bauzá (Baleares), Patxi López (País Vasco), Alberto Fabra (Comunidad Valenciana) y Alberto Núñez Feijóo (Galicia).