Natalia Menéndez: «Siempre tendré dónde caerme muerta»

–«Clic». Un fotógrafo, protagonista de su novela...
–Me apasionan la fotografía y los fotógrafos.

–¿Qué le gusta fotografiar?
–La mirada, la sonrisa, el gesto, el movimiento. Una fotografía es como un haiku, un trocito de poesía.

–El tren es el otro protagonista. ¿Le lleva al viaje interior que
propone?
–Esta novela me ha llevado a ver la luz al final del túnel.

–Somos cazadores de sensaciones. ¿Qué caza usted?
–Emociones. Con tirachinas. Escribo desde el dolor y el humor.

–Dice Marta Etura, actriz, que le hubiera gustado ser hombre...
–A mí me hubiera gustado vivir los dos sexos para luego elegir.

–Cuando Simone de Beauvoir se enamoró de Nelson Algren le dijo que estaba dispuesta a fregar suelos y a cocinar para él...
–No me esperaba eso de Simone. Yo llego hasta cocinar, pero eso de fregar... Aunque por amor yo haría y hago muchas cosas.

–Dice Vittorio Storano que la luz y la sombra son la metáfora de casi todo...
–De acuerdo. Yo veo en la sombra a Hitler, y en la luz, a Gandhi.

–Dice también que ningún color es inocente. ¿Ser rojo significa hoy algo?
–Ya no es la izquierda. Es tener ganas de luchar, la fuerza, la pasión...

–¿Y el azul?
–Ya no es la derecha. Es la esperanza, la calma, el mar...

–En tiempos de crisis, las mujeres se pintan más de rojo. ¿Por qué?
–Lo hacemos para darnos fuerza. Los hombres prefieren un puro.

–Lucía Etxebarría ha sorteado en internet una noche de marcha con ella para promocionar su novela. ¿Qué sortearía usted?
–Un relato, y al que le toque se lo contaría por teléfono. Sé que todos tenemos un precio, pero no me vendo a cualquier precio.

–¿Las actrices escriben novelas para contar lo que no dicen en las entrevistas?
–No sé las demás, pero yo tenía que escribir esta novela obligatoriamente, para soltar lastre, oscuridad, desengaños...Yo escribo para sacarme el dolor y volver a vivir lo vivido de otra manera.

–Viene la recesión. ¿Preparada para ser más pobre?
–He vivido con muy poco. Siempre tendré dónde caerme muerta.

–A mí me gustaría más tener dónde caerme vivo...