Bruselas
La expulsión de gitanos se «cuela» en la cumbre de la UE
Los líderes europeos abordan hoy finalmente la controversia surgida en torno a las expulsiones por parte de Francia de gitanos procedentes de Rumanía y Bulgaria.
Fuentes comunitarias informaron de que los miembros del Consejo Europeo "están hablando de los gitanos", sin dar más detalles de momento sobre la naturaleza del debate y los intervinientes.
La polémica en torno a las expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros decretadas por Francia no figuraba en la agenda de esta cumbre tal y como fue presentada al principio de la reunión por el presidente permanente, el belga Herman Van Rompuy.
Tanto el Parlamento Europeo como la Comisión de la UE han criticado la política francesa y el Ejecutivo comunitario está investigando si las expulsiones violan la legislación comunitaria, por ir dirigidas contra un grupo étnico y no contra individuos.
La escalada de reproches y declaraciones encendidas entre París y Bruselas alcanzó esta semana su clímax al insinuar la comisaria Viviane Reding un paralelismo entre lo que está ocurriendo en Francia y las persecución de algunas minorías durante la Segunda Guerra Mundial.
Reding ha puntualizado sus comentarios y se ha disculpado ante el Gobierno francés, pero la cuestión sigue suscitando tensiones entre las instituciones y los gobiernos europeos.
El presidente del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek, no se refirió al asunto durante su breve intervención ante los gobernantes europeos, pero sí ante los periodistas en la rueda de prensa posterior.
Buzek respaldó públicamente la respuesta de la Comisión Europea (CE) ante la expulsión de gitanos en Francia, pero llamó a las partes a reducir la "tensión"y evitar una "retórica inflamatoria".
"La Comisión es la guardiana de la legislación y de los tratados. Ha iniciado un procedimiento (contra Francia) y ésa es la mejor solución", opinó el presidente de la Eurocámara, institución que la pasada semana aprobó una resolución impulsada por el centroizquierda en la que exigía a las autoridades francesas la suspensión inmediata de las expulsiones.
Buzek -miembro del Partido Popular Europeo (PPE) al que también pertenece el presidente francés, Nicolas Sarkozy- evitó hoy repetir ese llamamiento, pero subrayó que Bruselas está en su derecho de intervenir para garantizar que se respetan las normas comunitarias sobre libre circulación y contra la discriminación.
El ex primer ministro polaco hizo especial hincapié en la necesidad de abordar la situación de los gitanos y de otras minorías como un problema común para toda la Unión Europea.
"Éste no es sólo un problema de los gitanos y no es un problema único de Francia u otros países. Es un problema muy serio y profundo para el conjunto de la UE y debemos afrontarlo de esa forma", señaló en rueda de prensa.
En este sentido, defendió que el caso de los gitanos rumanos y búlgaros y de otras minorías de nacionalidad europea debería "conectarse"con el de grupos procedentes de países extracomunitarios.
"Los ciudadanos no distinguen entre gitanos, polacos viviendo en minoría en Irlanda, turcos viviendo en Alemania o alguien de Argelia que está en Francia", explicó.
Además, recordó que en tiempos de crisis económica como los actuales es "bastante típico"que este tipo de tensiones salga a la superficie.
Preguntado por el cruce de declaraciones entre la comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, y el Gobierno francés, Buzek abogó por "trabajar para reducir tensiones"y llamó a evitar una "retórica inflamatoria".
Pese a las acusaciones cruzadas entre París y Bruselas, el presidente del PE aseguró que la "buena atmósfera"de la cumbre de hoy no está amenazada.
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