F-1

Fórmula 1

Fukushima no es Chernóbil

En esta semana se cumple el 25 aniversario del accidente del reactor 4 de Chernóbil, y uno puede preguntarse por qué el accidente de Fukushima no es igual que el de Chernóbil.

La Razón
La RazónLa Razón

En primer lugar los reactores en su diseño eran diferentes: mientras que el de Chernóbil se moderaba con grafito y se refrigeraba con agua, los reactores de Fukushima se refrigeraban y moderaban con agua. Ésta es la principal y la más importante de las diferencias existentes. En segundo lugar el reactor de Chernóbil no tenía contención primaria ni secundaria, es decir carecía de dos barreras muy importantes para retener productos radiactivos.

Finalmente, el inicio del accidente en Chernóbil se produjo por una reacción en cadena no controlada al violarse procedimientos de operación, lo cual provocó una explosión en el propio combustible nuclear con liberación de elementos radiactivos que pasaron a la atmósfera al no haber barreras de contención. Se produjo por una falta de cultura en la utilización de los procedimientos de operación, perfectamente descritos en todas las centrales nucleares, y por violar principios de seguridad como la parada automática y los márgenes de seguridad en la operación.

En Fukushima el accidente se inicia después del terremoto, tsunami y la posterior falta de alimentación eléctrica para refrigerar el reactor después de parado y subcrítico. Las explosiones se producen fuera del núcleo del reactor debido a la producción de hidrógeno y al tratar de expulsarlo fuera del edificio. Los diseños de estos reactores estaban preparados para soportar los fenómenos naturales, pero debido a la magnitud de los mismos se desencadenó la serie de sucesos ampliamente conocidos. La liberación en Fukushima sólo es por elementos radiactivos como el yodo y el cesio, pero no por elementos transuránicos como en el caso de Chernóbil.

En reactores como los de Fukushima no hubiera sido posible nunca el tipo de accidente sucedido en Chernóbil, por el propio diseño del reactor. Así pues, los dos accidentes no son comparables y parece lógico pensar que ambos se deberían diferenciar en la escala de sucesos INES, uno en el límite superior, y otro en el siguiente inferior.

Emilio Mínguez Torres, Catedrático de Tecnología Nuclear de la Universidad Politécnica de Madrid