«En 20 años al frente de esta plaza no he vivido algo así»

A 650 kilómetros de Madrid. Huelva. 40 grados a la sombra. Infierno al sol. El sol del sur. La alegría de vivir. Y José Tomás en el horizonte. Segunda parada. Dos de tres. Pasadas las once de la noche de hoy, tan sólo nos separará un festejo del fin de temporada del diestro de Galapagar. La encerrona de Nimes cierra campaña. Hoy es el ecuador y el ambiente se siente en los alrededores de la plaza, late. Sólo en manos de los reventas quedan las últimas entradas. Hace días dejamos atrás otra estación: la de Badajoz, tarde en la que se midieron, y a qué altura, José Tomás y El Juli con la presencia de Padilla. Hoy se las verán a solas José Tomás y Morante de la Puebla. Ansiado mano a mano; mucho por debatir en el ruedo. Como lo hicieron hace cuatro años en El Puerto de Santa María. Ni una plaza hotelera queda libre en Huelva. Ni en muchos alrededores. El «No hay billetes» está garantizado «hemos aumentado 1.700 abonos, una barbaridad y eso que el año anterior también subimos», lo dice Óscar Polo, empresario de la plaza de La Merced de Huelva, «llevo más de 20 años en esta plaza y nunca había vivido nada igual, ni tan siquiera en las otras tardes en las que ha toreado José Tomás. La demanda es tremenda, llenaríamos dos plazas enteras de poder».

De camino está Salvador Boix, el apoderado de José Tomás. Un único destino, Huelva, en el hotel Nh se encerrará José Tomás y su gente las horas previas. Esas en las que el fervor Tomasista alcanza cotas inauditas. Y más si se anuncia con José Antonio Morante Camacho, «Morante de la Puebla» para más señas.

«Al torear sólo tres tardes la responsabilidad se multiplica, porque el margen de error disminuye muchísimo y el nivel de preparación es máximo. Lo único que preocupa y es muy genérico y parece humo es que las cosas salgan bien, que los toros embistan y pueda transmitir José Tomás su concepto. Que llegue la emoción y, en ese sentido, José Tomás lo da todo no en tres tardes sino en cada muletazo».

Una jornada «tranquila» le esperará a José Tomás en el hotel hasta las ocho de la tarde que dé comienzo el festejo. Entonces, se despliega la magia, sólo toro y torero intentarán entenderse, en ese íntimo diálogo sobran los consejos. Todo se debate en el ruedo. Privilegiada soledad. Temida. Admirada. «Yo por respeto, pudor y admiración no me atrevería a decirle nada. Nadie mejor que él sabe lo que hay que hacer en cada momento», apunta Boix.

La revolución José Tomás traspasa las fronteras del ruedo: «Para nosotros es un orgullo que José Tomás haya elegido Huelva por muchos motivos y uno de ellos es que supone un motor para la ciudad; es más la sociedad de hoteleros y hosteleros de Huelva nos llamaron el otro día para comunicarnos que querían entregarnos una placa... ¡Imagina lo que habrá supuesto!», dice Óscar Polo, quien no quiere pasar por alto «lo fácil que ha sido contratar a José Tomás. De hecho, ha sido más complicado cerrar el contrato con otras figuras».

La suerte está echada. O eso dicen. José Tomás y Morante lidiarán esta tarde toros de Cuvillo, Juan Pedro Domecq, El Pilar; Victoriano del Río, Jandilla y Zalduendo. Litros de sangre en la enfermería, su médico personal y la exigencia de un cirujano torácico. Entorno José Tomás. Visto así, por adelantado, acongoja. Llegó la hora de Huelva.

Tres tardes, tres acontecimientos
Badajoz, Huelva y Nimes son los tres únicos cosos que verán hacer el paseíllo a José Tomás en 2012. Lo que ha suscitado un interés desmedido y también alguna crítica. «José Tomás es José Tomás y a estas alturas de su carrera torea las corridas que él cree conveniente. Este año tenía la intención de torear poco y ha querido hacer que cada tarde sea un acontecimiento, creemos que así se hace bien también a la Fiesta», comenta Salvador Boix, su apoderado. Sólo una tarde queda atrás en la temporada del diestro: la de Badajoz, pero rotunda, «yo disfruté muchísimo. La gente salió encantada, se volvió a hablar de toros más allá del ruedo... Esto da mucho ánimo y mucha satisfacción porque no debemos estar tan equivocados. José Tomás lo da todo para intentar torear con la máxima verdad y emoción. Y más allá de eso, se pueden asumir todo tipo de críticas y más allá también de eso, el público y la gente se sigue desplazando para llenar los tendidos allá donde torea».