Estreno

«El discurso del rey» Silencio: habla el monarca

Director: Tom Hooper. Intérpretes: Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham-Carter y Guy Pearce. Guión: David Seidler. GB/Australia, 2010. Duración: 118 minutos. Drama.

 
 larazon

En las entrañas de «El discurso del rey» duerme una película muy estimulante. Una película que cuenta cómo la monarquía británica tuvo que empezar a vender su marca registrada a través de los medios de comunicación, preocupándose por reformar su imagen pública a la medida de las expectativas del pueblo, y que explica, desgraciadamente muy de refilón, el papel que tuvo en una década convulsa, amenazada por el implacable avance del nacionalsocialismo. La dimensión sociohistórica del filme –que formaría un gran programa doble con «The Queen»– no acaba de cuajar con la profundidad que debería, porque lo que más interesa a Tom Hooper es humanizar la figura de un rey (Colin Firth) que no quiere serlo a partir de la confrontación con su némesis, un profesor de dicción (Geoffrey Rush) que intentará resolver el molesto tartamudeo de su regio paciente con métodos poco ortodoxos.

El duelo sigue los mecanismos de un ritual de apareamiento, con una tensión entre el cerca y el lejos desde donde el conflicto acaba atenuándose con la confesión, y luego con la amistad y la admiración mutua. «El discurso...» no es tan distinta de «Karate Kid», sólo que la épica del cuerpo deja paso a la épica de la palabra. Es ésta una clásica historia de superación, en la que el espectador debe aprender a compadecer al monarca, que no es más que un ser humano con sus traumas y sus carencias, pero también al maestro, que es en realidad un fracasado que tiene que dejar de proyectar sus delirios de grandeza en sus alumnos. En todo caso, el clímax no está a la altura del duelo, porque lo único que demuestra es que los súbditos siguen siendo incapaces de decirle la verdad al rey. Esto es: que lo suyo no es la oratoria.