Operación Lezo

Un Gobierno que cabe en un ascensor

Apenas habían pasado 24 horas desde que recibieron la llamada de Esperanza Aguirre para comunicarles su cargo en el Gobierno de la Comunidad de Madrid, por eso, hasta ayer, muchos de los elegidos tomaron conciencia a la vez que posesión de su cargo.

Percival Manglano y Salvador Victoria, dos de los nuevos consejeros, saliendo del ascensor de la Puerta del Sol, junto al resto del equipo
Percival Manglano y Salvador Victoria, dos de los nuevos consejeros, saliendo del ascensor de la Puerta del Sol, junto al resto del equipolarazon

Los siete consejeros, más el vicepresidente, fueron llegando con cuentagotas a una Real Casa de Correos abarrotada de familiares y amigos; sin embargo, antes de subir al escenario, la presidenta de la Comunidad los condujo a la planta noble, donde recibieron la primera «enhorabuena» del día. Si ella suele comentar que cuando comenzó en política, en el partido liberal «cabíamos todos en un taxi», el comentario de ayer cuando bajó junto a todo su nuevo equipo fue «ahora somos un Gobierno que cabe entero en un ascensor». Contemplar desde arriba el patio de la Puerta del Sol abarrotado de gente y bajar junto a la jefa fue la primera experiencia «de Gobierno» para tres de ellos.

Todos escogieron la fórmula del juramento, a excepción del nuevo consejero de Economía y Hacienda, Percival Manglano, que «prometió» su cargo, al estilo Aguirre. Sólo dos, el vicepresidente Ignacio González y el nuevo titular de Asuntos Sociales, Salvador Victoria, se conocían de memoria el juramento. El primero porque ya era la tercera vez que lo hacía –es el único que queda del equipo de Aguirre de 2003– y el segundo porque, como secretario del Consejo de Gobierno, hasta ayer era el encargado de dirigir los actos de toma de posesión de los consejeros de la Comunidad.

Tras el acto institucional se iniciaron los saludos y las felicitaciones. Como ya sucedió el jueves en la toma de posesión de Aguirre, el de ayer se convirtió en un evento muy familiar. Las familias de los protagonistas acudieron a apoyarlos en su puesta de largo. Las fotos, con unos, con otros y sobre todo con la presidenta, se sucedían tras el «enhorabuena», que probablemente fue la palabra más repetida de la mañana. Lo más comentado, sin embargo, fue la ausencia del ya ex consejero de Presidencia, Justicia e Interior Francisco Granados. Su salida del Gobierno había sido la sorpresa del día anterior, y quizás porque Granados aún estaba digiriendo el golpe o simplemente por una cuestión de educación, no asistió ya que su presencia hubiera centrado todas las miradas.

Ignacio González, que afronta una tercera legislatura junto a Aguirre aún más reforzado en el Gobierno, fue el más buscado por los medios. Tras agradecer «personal y profesionalmente» la confianza de la presidenta en él, aseguró que con independencia de que Granados no esté «circunstancialmente» en el Gobierno, éste sigue siendo secretario general del PP de Madrid, de manera que «va a seguir contribuyendo de una manera importantísima».

158 mensajes pendientes
Tras González, el nuevo consejero de Economía y Hacienda, fue el más buscado. Quizás porque es la cara más desconocida del nuevo Gobierno –fue director de Cooperación al Desarrollo en la pasada legislatura de Aguirre, pero en las últimas elecciones formó parte de la candidatura de Gallardón–, Percival Mangrano fue quien acaparó toda la atención. Desde la pronunciación de su nombre –de origen inglés– hasta el origen del mismo –Percival fue el nombre de uno de los caballeros de la corte del rey Arturo– el sustituto de Antonio Beteta, atendió a amigos y periodistas, a los que explicó que aún tenía pendientes de responder 158 mensajes de móvil.

Manos a la obra
Aunque aún queda por designar a los viceconsejeros, directores generales y reorganizar gran parte del organigrama regional, los consejeros se metieron ayer en su despacho nada más salir de Sol. Antonio Beteta, que deja Economía y Hacienda y entra en Transportes e Infraestructuras, se reunió por la tarde con el viceconsejero de Transportes, Luis Armada, para ponerse al día de su nueva cartera. Y la nueva titular de Presidencia y Justicia, Regina Plañiol, tuvo que preparar para hoy su primer acto como miembro del Gobierno, una visita el Centro de Emergencias 112.

Primera medida: premiar a los salientes
Han sido cuatro los consejeros que no han repetido y a los que Esperanza Aguirre quiere distinguir por su servicio al Gobierno regional. Por ello, la primera decisión de la legislatura fue premiarles con la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, la máxima distinción del Ejecutivo regional. Engracia Hidalgo, Francisco Granados, José Ignacio Echeverría y Paloma Adrados recogerán el distintivo el próximo 2 de mayo, en la celebración del Día de la Comunidad. Con este galardón, el Gobierno reconoce cada año públicamente a personalidades de la política, la economía, la cultura y la sociedad, los méritos contraídos con los madrileños.

Los galardonados formaban parte del equipo de Aguirre hasta ayer. Engracia Hidalgo era una de las consejeras que llevaban trabajando con la presidenta regional desde la primera legislatura, en la que ocupó la cartera de Hacienda. En el segundo mandato de Aguirre se hizo cargo de Familia y Asuntos Sociales, que ahora ha pasado a manos de Salvador Victoria. Francisco Granados, secretario general del PP de Madrid, también era uno de los veteranos. Fue consejero de Transportes (2003-2004) y responsable de Presidencia (2004-2011),
cartera a la que sumó las competencias en Justicia e Interior a partir de junio de 2008. Paloma Adrados fue consejera de Empleo y Mujer en el segundo Gobierno Aguirre y en la actualidad es alcaldesa del Ayuntamiento de Pozuelo; por último, José Ignacio Echeverría ha pasado de consejero de Transportes e Infraestructuras a presidente de la Asamblea.