Barcelona

El Maresme quiere sus playas

Los alcaldes piden al Gobierno una solución a largo plazo después de conocer que no regenererá la arena. 

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Un año más, las playas de los municipios del Maresme se han quedado prácticamente sin arena. Sin embargo, ahora la situación se agrava ya que el Ministerio de Medio Ambiente ha decidido que no regenerará más las playas de esta zona. Ante la decisión del Gobierno, los ayuntamientos están indignados y preocupados al comprobar que sus playas van desapareciendo engullidas por el mar.

Premià de Mar, El Masnou, Cabrera de Mar o Vilassar de Mar son algunas de las poblaciones más afectadas. «Necesitamos una solución urgente para afrontar el problema este verano», dice preocupado el alcalde de Cabrera de Mar, Juan Vilà.

«Llevamos mucho tiempo batallando por nuestras playas», recuerda Vilà. El pasado 25 de abril, su Ayuntamiento presentó una denuncia contra el Ministerio, la Generalitat y el puerto de Mataró por no realizar los trasvases de arena a los que las instalaciones portuarias están obligadas. «Mataró está obligado cada año a aportar 100.000 metros cúbicos de arena a Cabrera», recuerda el primer edil.

«Ahora nos falta el 40 por ciento de la arena que se colocó el año pasado», explica Vilà, y añade que la falta de playa ha provocado incluso el cierre de un chiringuito.

En Sant Andreu de Llavaneres la falta de arena debido a los temporales ha provocado desniveles importantes en sus playas. «Los bañistas tienen dificultades para acceder al mar y a veces es realmente peligroso», explica su alcalde, Bernat Graupera.

«Este verano tenemos muy poca arena y aunque el Estado no la regenere debería buscar una solución a largo plazo», reclama Graupere, quien considera que «gastarse miles de euros cada año en poner arena no es una solución definitiva». Por ello su propuesta es alargar los espigones 25 metros mar adentro o sumergidos para proteger las playas.

Siguiendo esta misma línea, el Ayuntamiento de Cabrera de Mar realizó un estudio para encontrar soluciones a esta grave problemática. «La solución es construir cuatro espigones submarinos desde Cabrera a Vilassar de Mar. El gasto de la obra son 17 millones mientras que por ahora ya llevamos gastados 25», informa su alcalde.

«Hemos reclamado la competencia del Estado pero esperamos que se traspase a la Generalitat, ya que así seguro que la solución será además de más próxima, más eficaz», opina Graupera. Desde Premià de Mar, su alcalde, Miquel Buch, ha pedido al puerto, de acuerdo con la Generalitat, un trasvase de arenas que permita pasar al menos este verano. «No tenemos prácticamente playa, algo tenemos que hacer», lamenta Buch. Se juegan la temporada turística.