Analfabetos digitales

MADRID- Según un estudio de Eurostat, la oficina comunitaria de estadística, el 29 por ciento de los españoles de entre 16 y 74 años no se ha conectado nunca a internet, cinco puntos por encima de la Unión Europea, informa Efe. Esto nos sitúa aún muy lejos del objetivo marcado por la Agenda Digital para los Veintisiete, que estima el porcentaje de personas de 16 a 74 años que no ha accedido a internet en el 15 por ciento.

A pesar de haber registrado una notable mejoría respecto a 2006, los datos hechos públicos ayer sitúan a España en el furgón de cola de «analfabetos digitales» dentro de la UE, liderado por Rumanía (54 por ciento), Bulgaria (46), Grecia (45) y Portugal (41).

En el otro extremo se sitúa Suecia, donde sólo cinco de cada cien ciudadanos del citado grupo de edad no ha usado nunca internet, seguida de Dinamarca y Holanda (7 por ciento en ambos casos) y de Luxemburgo (8).

Progresa adecuadamente
De todas formas, el estudio –que abarca a la UE-27, Islandia, Noruega , Croacia, la antigua república yugoslava de Macedonia y Turquía– refleja una reducción de la brecha digital en los últimos cinco años, periodo en el que la proporción de personas que no ha accedido a internet en la Unión Europea bajó del 42 al 24 por ciento.

La imparable implantación de las nuevas tecnologías en todo tipo de soportes (teléfonos móviles, tablets...) han llevado a España a lograr una mejoría similar a la registrada en la UE y ha pasado del 47 por ciento de 2006 al 29 por ciento de este año.

Una de las claves para entender la «brecha» respecto a nuestros socios comunitarios es la implantación de internet y la banda ancha en los hogares. Así, el 64 por ciento de los hogares españoles dispone de internet, y el 62 por ciento cuenta con conexión de alta velocidad, frente al 73 y el 68 por ciento de los hogares de la UE, respectivamente.

En este caso aspecto también se ha registrado una mejoría importante de las cifras entre 2006 y 2011, ya que tanto en España como en los Veintisiete las conexiones normales aumentaron más de un 50 por ciento, mientras que las de banda ancha se duplicaron en ambas zonas.

Los países con mayor proporción de hogares con conexión a la red en 2011 fueron Holanda, Luxemburgo y Suecia, todos ellos por encima del 90 por ciento, mientras que las cifras más bajas se observaron en Bulgaria, Rumanía y Grecia, los tres por debajo del 50 por ciento.

Hogares conectados
En cuanto a las conexiones de banda ancha –que permiten una mayor velocidad al navegar y realizar actividades a través de internet–, los porcentajes más altos se registraron en Suecia (86 por ciento), Dinamarca (84 por ciento) y Holanda y Reino Unido (83 por ciento en ambos casos), mientras que Bulgaria, Rumanía y Grecia se volvieron a situar en la cola, con cifras de entre el 30 y el 40 por ciento.

Los datos publicados ayer por Eurostat también reflejan la frecuencia con la que los internautas encargan bienes o servicios en línea, hacen trámites administrativos o consultan información de los poderes públicos.

El 58 por ciento de los europeos que se conectaron a la red durante el último año adquirió algún producto o servicio, un porcentaje que en España fue del 39 por ciento. En este apartado, Reino Unido está en cabeza con las proporciones más elevadas se observaron en el Reino Unido (82 por ciento), Dinamarca y Alemania (77) y Suecia (75).

El 48 por ciento de los internautas encuestados en la UE entró en la web de alguna administración pública, frente al 54 de los españoles. Asimismo, el 28 por ciento de los europeos y el 24 de los españoles rellenó algún documento oficial en línea.

Suspenso en lectura
El informe PISA digital adelantó en junio las cifras de Eurostat. En los datos que aportó, los estudiantes españoles ocupaban el puesto 14 de los 19 países que participaron en la nueva prueba. Evaluaba por primera vez la destreza de los menores de 15 años para acceder y manejar información en la red. A pesar de que ocho de cada diez alumnos de nuestro país, tiene conexión a internet, PISA resalta que su capacidad lectora es inferior en soportes digitales que en papel.